La imagen destacada hace referencia a: Así dispone Juanjo el desayuno cada noche (Foto: Blanca).
En la tarde del 31 de enero de 2015 recibimos la noticia.
José Manuel Lara había fallecido.
Se lo dije a Juanjo, y a partir de ese momento el teléfono no dejó de sonar.
Fueron más de 30 años de relación. Fue el primer editor de Juanjo en la editorial Planeta, y, como él decía, lo fichó para correr en su cuadra.
Durante la cena recordamos momentos y anécdotas, como cuando decía que Juanjo debía fundar una iglesia. Solo tenía que vestirse con una túnica y dejarse barba. Él le dejaba el avión y las ganancias a medias.
La vitrocerámica se levantó misteriosamente. (Foto: Blanca)
Esa noche recuerdo muy bien que no había ni encendido la vitrocerámica, no teníamos muchas ganas de cenar.
Juanjo tiene la costumbre de dejar preparado todo lo necesario para el desayuno antes de irse a la cama, y esa noche así lo hizo.
Él se fue a la cama y yo me quedé un rato viendo la televisión.
Antes de acostarme tengo la costumbre de fumarme un cigarro en la cocina (solo fumo en la cocina). Cual no sería mi sorpresa nada más encender la luz cuando vi que la vitrocerámica se había levantado más de dos centímetros de la encimera; el cazo que estaba encima aparecía inclinado.
Subí corriendo a la habitación gritando. Juanjo se asustó. Sólo le decía baja, baja a la cocina, tienes que ver lo que ha pasado. Casi lo arrastré, estaba medio dormido. Busqué el teléfono y comencé a hacer fotos diciéndole «esto es imposible, es imposible no la he encendido esta noche, está fría, algo ha ocurrido aquí, la placa no se levanta sola». Juanjo sólo sonreía y me decía tranquila, pero yo estaba de los nervios, jamás había visto una cosa así.
Señalado con la flecha, el desplazamiento de la vitrocerámica. Se levantó cinco centímetros. (foto: Blanca)
Juanjo se fue a la cama y yo me quedé allí pensando. Cuando reviso las fotos antes de irme a la cama me doy cuenta que la marca de la vitrocerámica es de la marca Bosch, y no solo la placa, todos los electrodomésticos de la cocina son de esa marca.
Llevábamos viviendo en esa casa cuatro meses y por supuesto que lo sabía, pero con los nervios no le había dado importancia.
Y de repente, me viene la idea de que José Manuel Lara Boch me había dado una señal, una señal de que estaba vivo.
Esa noche no le dije nada a Juanjo pero a la mañana siguiente cuando, haciendo mucha fuerza, logramos encajar la placa en la encimera se lo conté; era la señal.
Juanjo creo que no le dio mucha importancia, pero a mí nadie me puede decir que aquello fue normal.
Ha pasado más de un año y no se ha movido.
La vitrocerámica, de la marca «Bosch». (foto: Blanca)