Retrato de Miguel Ángel, al carbón, dibujado por J.J. Benítez. (Sin terminar.)
En febrero (18-2-2008) se cumplió una efeméride que muy pocos celebraron: el 444 aniversario de la muerte de un genio: Miguel Ángel.
Yo quise ser Miguel Ángel. Y quise serlo antes, incluso, de saber de Miguel Ángel de Ludovico Buonarroti. Fue el Destino quien me mostró un libro de arte y, en él, las obras del “divino”. Me sentí traicionado. Alguien había sido Miguel Ángel sin mi permiso. Desde entonces, como protesta, trato de no terminar ninguno de los cuadros o dibujos que empiezo.
A la izquierda: La Inmaculada, de Murillo, el primer cuadro que pintó Juanjo Benítez (por supuesto, sin concluir). (Foto: Satcha Benítez). A la derecha: El Cristo, de Velázquez, sin terminar.
A la izquierda: «El piloto interior», otro cuadro de Juanjo Benítez sin terminar. A la derecha: Juanjo Benítez, al pie del busto de Miguel Ángel, en Roma.