Visité el poblado de Ocucaje, muy cerca de Ica, en Perú, en numerosas oportunidades. La última fue muy especial. Basilio Uchuya, el indio que suministraba las famosas piedras grabadas al doctor Javier Cabrera Darquea, me condujo a uno de los cerros, en pleno desierto, y se puso a excavar. Me lo había prometido: «Cuando fallezca Cabrera te mostraré uno de los lugares donde sacamos las piedras».
Y así fue. Tal y como recojo en la serie de televisión «Planeta encantado», aquella calurosa mañana fue histórica. A lo largo de la jornada aparecieron un total de nueve piedras grabadas, todas sepultadas en el cerro.
El doctor Cabrera sonrió desde lo alto; estoy seguro.