La primera vez que vi el mar Muerto fue por culpa de “Caballo de Troya”. Allí, en la costa judía, se levanta la fortaleza de Masada… Después he recorrido las orillas y he nadado en sus aguas, incrédulo, sostenido por una salinidad, en superficie, del 27,5 %. Allí seguí contrastando las increíbles informaciones del mayor…
(Fotos: Iván Benítez.)