Es cierto: no encontré la célebre Arca de la Alianza, pero hallé una Etiopía que jamás hubiera imaginado. Etiopía es pobreza, sí, pero también belleza. Etiopía es olvido, pero también fe. Etiopía es hambre, sí, y felicidad, a su manera. Estamos en permanente deuda con Etiopía.
(Fotos: Iván Benítez.)