Impresionante. Encontrarte delante de un astronauta, da respeto. Bueno, tú sabes que no es de verdad, pero aún así la imaginación se dispara. Así vestidos pisaron la luna.
Estábamos en Cabo Cañaveral visitando las instalaciones de la Nasa. Me encantó.
Pensar que todos esos hombres y mujeres arriesgan su vida para ir al espacio y, sobre todo, después de ver un lanzamiento, yo no sería capaz ni de intentarlo. Miedo me daría salir al espacio, pero creo que más me daría volver en esa pequeña capsula como la del Apolo 13, sin espacio para poder moverse y caer al agua con un gran paracaídas.
No, ese trabajo no es para mí. Por eso los admiro.