Lo descubrí en plena sabana africana.
Me aproximé con cautela, lo fotografié en silencio, para no espantarlo, y lo contemplé maravillado. ¡Qué espectáculo!
Era un baobab espléndido, de 14 metros de circunferencia.
Después, al revelar la diapositiva, aparecieron ellos. ¿Cómo pudo ser? ¡Qué misterio!
(Foto: J. J. Benítez.)