Fue mi hijo Iván, periodista y fotógrafo profesional, quien me preguntó en cierta ocasión: “¿Cuál es tu mejor foto?” No supe qué responder. De esa época hace mucho tiempo. Demasiado, diría yo. Él sí supo. Me mostró la imagen de un atún agonizante, en la almadraba de Barbate, y sonrió. “Es tu mejor fotografía. Jamás la superarás.” Creo que tiene razón. Ese día, frente a Barbate, la fortuna me cogió de la mano… Después surgió un poema:
“Disfrazada de hombre
la muerte hiere con su pico de hierro.
Y la vida, vestida de agua,
se va por los bicheros.
Ya corre su sangre,
roja a fuerza de emociones.
Caballero de casco de plata,
cautivo en la niebla sumergida,
derrotado por murallas cuadriculadas.
Tus ojos milagrosos
están aumentando mi dolor.
Llévame contigo.
Llévame a las profundidades invisibles
de los cielos.”
(Fotos: J. J. Benítez.)