Fue hace mucho. Lo cuento en “Mágica Fe”. Tuve un sueño y allí apareció él. Ya no es un número; ahora es como de la familia. Viví con el 20004 durante muchos años. Él me esperaba en una administración de lotería de Bilbao (Vizcaya. España) y yo acudía cada semana, puntual. Lo compraba y me lo llevaba a casa. Jamás tocó. Un día nos despedimos, como buenos amigos. Si toca me alegraré por él…
El Destino, otro kui
En la imagen destacada: Jesús Conte y J.J. Benítez, en la Isla de Pascua. (Fotos: Iván Benítez.) Corrían los años setenta. Fueron naciendo mis hijos y yo, por esos caprichos del Destino, quise llamarlos con sendos nombres rusos. Mi intención era registrarlos con los...