Algunas personas preguntan cómo es mi lugar de trabajo.
Es difícil acceder a él.
Hoy ofrezco, en primicia, algunos de los rincones del lugar.
Al terminar Caballo de Troya (9), éste es el aspecto que ofrecía mi despacho:
Agua en lugar de tabaco, y un dado, por si hay que jugar con Dios.
El tiempo, importantísimo. Escribo desde las 8.30 horas a las 13.30.
Marcados en rojo los días en los que he escrito el C-9.
Jesús de Nazaret (la enigmática pintura), presidiendo el despacho.
Siempre que puedo, flores para el Jefe.
Los temidos folios en blanco.
Un corazón de pirita para recordarme que todo debe ser hecho con el corazón.
Un “palo cero palo” a la vista…
El mundo, al revés. ¿Por qué no?
Retrato de mi padre.
La música que me ha acompañado durante la puesta a punto del Caballo de Troya (9).
(Fotos Blanca.)
Juanjo Benítez, junto al sillón que gime (Foto: Jorge Nagore).