Han pasado muchos años y puedo (debo) contarlo.
«Caballo de Troya» fue traducido al alemán y publicado en aquel país en 1993.
Se hizo un gran despliegue publicitario.
Al recibir los ejemplares justificativos quedé perplejo.
El libro había sido gravemente censurado.
Inmediatamente rescindí el contrato con Scherz Verlang.
Nunca más volvió a publicarse en Alemania.