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«Para mí, ‘pisar’ una historia era un orgasmo de 15 minutos»

Fuente: noticiasdealava.es ROSANA LAKUNZA 08.11.2021.

Lleva el periodismo como bandera, aunque se haya alejado de su manifestación más convencional hace ya muchos años: desde 1979. Millones y millones de lectores suyos se reparten a lo largo y ancho del planeta, tiene 64 libros publicados y seis en la recámara, además de mil anécdotas y una vida muy rica en experiencias de todo tipo. No es su momento más feliz en el ámbito personal, porque Blanca, su mujer, ha fallecido recientemente, pero si se le tira de la lengua sigue hablando encantado de los temas más dispares, como política, extraterrestres y periodismo, mundillo con el que se muestra crítico y del que añora las historias humanas que primaban en sus buenos tiempos.

J. J. Benítez.

J. J. Benítez, un periodista reconvertido en escritor de éxito mundial. (Foto: Oskar M. Bernal.)

-Hay quien piensa que Mis primos puede ser su último libro…
-De ninguna manera, porque para después de este libro ya tengo escritos Están aquí, Risas y lágrimas, Imposible, Al otro lado del viento y Viaje a lo imposible. Y ahora estoy escribiendo otro que se titula Las guerras de Yahvé.

-¡Qué barbaridad! ¿Cómo lo hace teniendo en cuenta que sus libros no son de 100 o 200 páginas?
-Escribiendo, sin más. Esto es algo que me enseñó el periodismo: la disciplina. Me levanto a las seis de la mañana y a las siete, ya estoy escribiendo. Lo hago todos los días, sábados, domingos y fiestas de guardar incluidos. Escribo hasta las doce del mediodía, más o menos, y por la tarde me dedico a leer, a preparar los guiones del día siguiente para el libro que estoy escribiendo, a corregir lo que he hecho por la mañana, a estudiar…

-Siempre ha renunciado a que le llamaran escritor o novelista.
-Es que siempre me he considerado periodista. Para ser escritor hay que tener un don.

-¿64 libros escritos no son un argumento para decir que tiene el don del escritor?
-64 libros como periodista. En vez de escribir un reportaje de tres folios, hago uno de 500. Cada uno de mis libros es periodismo puro y duro. Yo nunca renuncié al periodismo, a la esencia de escribir reportajes.

-¿Y no echa de menos el periodismo puro y duro de tres folios?
-Hace años sí que lo echaba de menos, ahora ya no. Veo que el periodismo hoy en día ha cambiado mucho y no tiene que ver con lo que yo creo que es el periodismo. Ha cambiado demasiado.

-¿A peor?
-Sí, a peor. Quizá yo tenga una idea muy romántica de lo que era el periodismo en nuestra época. Recuerdo que estando en la sección de Local en Bilbao salía con un fotógrafo por la mañana a patrullar. No sabías lo que ibas encontrar, pero debías encontrar algo que llevar al periódico y que tuviera fuerza para salir al día siguiente. Y si era portada, mucho mejor.

-Supongo que no había ruedas de prensa ni giras de escritores.
-No tengo recuerdos de esas cosas. A veces venía por Bilbao algún escritor, lo descubrías y le hacías una entrevista. No era frecuente hacer promociones o presentaciones. Íbamos a alguna conferencia, eso sí, pero, ¿ruedas de prensa? No, eso no existía.

-¿Un periodismo, a pesar de la época franquista, más directo?
-Era un periodismo de raza. Ibas al interés humano, patrullabas las ciudades y los pueblos a la búsqueda de no se sabía qué, pero tenías que volver con una noticia.

-¿Cree que ese periodismo de interés humano interesaría hoy en día?
-Sí, claro, mucho más que el periodismo de politiqueo que se hace ahora y todos esos rollos de ruedas de prensa. El interés humano está en la gente, no en las ruedas de prensa, pero qué voy a contar. El interés humano siempre ha sido atrayente para los lectores. Supongo que será más fácil hacer el periodismo de ahora, o que hay más intereses.

-El de papel está seriamente amenazado y las nuevas generaciones no leen periódicos. Para informarse usan los digitales, sobre todo los que son gratis, y las redes sociales.
-Pues yo soy un romántico y sigo echando de menos el papel, su olor, verlo salir por la rotativa. Me ensañaron a leer al revés, mirando el plomo de las platinas. Entiendo que todo eso ha pasado a la historia, pero quiero creer que el papel va a sobrevivir.

-Y usted sigue leyendo en papel.
-Por supuesto: todos los días, a las ocho y veinte de la tarde, leo el periódico.

-Un poco tarde, ¿no?
-No me importa, me divierto mucho. Leo y pienso: Qué tonterías están diciendo. Me lo leo con un whisky. Es mi momento obligado todos los días.

-¿No le interesa la inmediatez, lo que está ocurriendo en el momento?
-No, para nada. Bueno, me preocupaba cuando era periodista al uso y en activo. Uno de los mejores orgasmos que he podido tener en el periodismo es ver a las ocho y media o nueve de la mañana, cuando llegabas al periódico, que había pisado una noticia a la competencia. Si no te habían pisado tu noticia era absolutamente increíble. ¿No te parece orgásmico?

-Pero ahora no se juega tanto a la política del pisotón, o no al menos de la forma en que ustedes lo hacían.
-También diré que te duraba poco esa sensación, quince minutos, media hora, no más, porque inmediatamente tenías que ponerte a pensar qué podías pisarle a la competencia, que entonces era El Correo, porque Deia aún no había nacido. Yo estaba en La Gaceta y para mí, pisar una historia era un orgasmo de 15 minutos.

-¿Tanto les gustaba competir? A veces no suele ser el mejor camino para contar una historia.
-Créeme que sí lo era. Y era también un periodismo vivo, un periodismo en el que nadie te contaba una noticia en una rueda de prensa.

-La competencia feroz nos hace cometer errores…
-No te digo que no, pero era un estímulo muy grande. En los momentos que te cuento había dos periódicos y peleábamos para machacar al contrario con la noticia. Lo pasábamos bomba, pero también al revés. Cuando la competencia nos daba el pisotón a nosotros, qué te voy a contar: caras largas, broncas, disgustos… Pero si eras tú el que dabas el pisotón, disfrutabas los quince minutos de que hablo, media hora como mucho, ¡pero qué disfrute!

-Aclare un titular sobre una entrevista que ha dado. ¿De verdad Pedro Sánchez es un extraterrestre?
-Eso fue una broma que hice con un periodista en Madrid y la gente me ha puesto a parir en las redes sociales. Supongo que se ha perdido el sentido del humor. Aunque bueno, algo de extraterrestre sí que tiene.

-¿Y qué dice de Casado, Abascal y otros políticos?
-Que son más extraterrestres todavía. No creo en ningún político, me parecen todos corruptos, mentirosos y ladrones. Todos, sin excepción. Para ser político tienes que tener esa naturaleza, si no, no entras en política.

-¿Todos? Generalizar no suele ser justo, y en periodismo no hacerlo debiera ser una máxima.
-Dime un político que no sea lo que he dicho y me pongo a rezarle ahora mismo.

-Hay concejales en muchas localidades, supongo también que políticos de parlamentos autonómicos o de diputaciones que ven en su cargo un servicio público.
-¿Y te lo crees? Pues yo no. Ya te digo que no hay ninguno. ¿Qué soy un hombre de poca fe? Sí, pero fíjate en todo lo que estamos viendo. No, no creo en ningún político.

-¿Sigue las redes sociales?
-No, para nada. Me entero de algunas cosas, pero no tengo redes sociales. Mira qué móvil tengo [saca uno de su bolsillo, diminuto, de los que hace una década que no se ven]. Me sirve para llamar, sobre todo para que me llamen, pero ni internet ni nada de lo que tiene el tuyo.

-Escribirá en un ordenador, ¿no?
-Lo hago porque me han obligado. Tengo ocho Olivettis, pero ya no hay piezas de recambio. Se rompe una tecla y no la puedo arreglar. Escribo en ordenador y cuando termino un folio, le doy a imprimir y corrijo sobre el papel.

-Hablemos de los extraterrestres. ¿Van a venir por fin?
-No creo. Esta sociedad, la nuestra, es muy primitiva y esos seres están muy avanzados, pero que muy avanzados, a miles de años de distancia con nosotros. No pienso que vaya a haber un descenso público de estas civilizaciones. De producirse, la nuestra quedaría totalmente absorbida para bien o para mal, pero desaparecería. Estas civilizaciones no humanas creo que hasta tienen prohibido bajar a la Tierra.

-¿Hemos tenido de forma anónima entre nosotros a esos seres superiores no humanos?
-Por supuesto, y no sabemos hasta qué punto podrían dirigir la sociedad humana. Es lo que nosotros llamamos infiltrados. Individuos, criaturas, que no son humanos pero que adoptan nuestro aspecto y ocupan todos los puestos que puedas imaginar. De ahí la broma sobre Sánchez. Entre los infiltrados nunca sabes quién puede ser uno, a lo mejor está tomando un café contigo.

-¿No estaré hablando con un extraterrestre?
-Ja, ja, ja… ¡Quién sabe! Mi mujer decía que lo era, pero tampoco sé en qué sentido lo decía.

-Y le conocía bien.
-Sí, muy bien. Blanca, mi mujer, ha muerto y no sabes cómo la echo de menos.

-Le pilló la pandemia estando de crucero, toda una experiencia de la que hizo un libro.
-Estábamos dando la vuelta al mundo y nos encontramos ante una situación surrealista. Estuvimos 55 días sin poder pisar puerto porque no nos admitían en ninguno. Fue un caos. 2.000 pasajeros, cada uno de su padre y de su madre. Había de todo, con algunos nos llevábamos muy bien y con otros no tan bien. Sobre todo los franceses y los alemanes se llevaban fatal y acabaron a sillazos. Yo estaba asombrado y pensaba que no habían superado los odios de la primera y de la segunda guerras mundiales. Allá se insultaban los pasajeros, se acaparaba comida por si acaso… Era como si se fuera a acabar el mundo allí mismo y de todo eso salió un libro, La gran catástrofe amarilla.

-Este virus que ha provocado tales caos parece que está en vías de superación.
-Eso es lo que te hacen creer, pero acabará cuando quieran los que mandan sobre todo esto.

-¿Qué más puede venir?
-Espero que nada más, pero hay una información importante que he publicado en un libro. Se habla de que la posibilidad de que en 2027…

-¿Tan pronto otra catástrofe más?
-Yo fui al notario en 2011 y registré esa información: viene un enorme meteorito de 24 kilómetros, que cae supuestamente en el Atlántico y provoca 1.240 millones de muertos en 48 horas. Tsunamis, los que tú quieras, y el impacto del meteorito en el agua provocaría un corrimiento del magma con la erupción volcánica en las antípodas de todo el arco de volcanes de Indonesia, y son 90 volcanes. A su vez, el impacto provocaría una nube de ceniza alrededor del planeta que duraría no se sabe cuánto, con caída de la agricultura, caída de la ganadería, de las temperaturas, caos, las comunicaciones desaparecerían, no habría combustible, no habría orden…

-Deduzco que no tendríamos ni internet.
-Eso está claro, no habría comunicaciones de ningún tipo. Caerían todos los teléfonos móviles. ¿Qué te parece?

-Que es como una película del fin del mundo.
-Pues no es una película, es una información que me llegó hace diez años. Espero que no ocurra, que no se cumpla esta predicción, por eso siempre he dicho que esta pandemia es un juego de niños en comparación con lo que nos puede venir dentro de seis años.

-¿Cuántas veces le han dicho que está loco?
-¿Piensas que estoy loco? Ja, ja, ja… Estás en tu derecho. ¿Cuántas veces me han llamado loco? Joder, he perdido la cuenta. Me han llamado de todo, y loco no creo que haya sido lo peor. Me han llamado loco, satanás y añádele lo que quieras. Algún día se demostrará que el fenómeno ovni es real, que no estaba equivocado, pero ojalá me equivoque con lo del meteorito.

-Sin embargo, cuando hizo los primeros reportajes sobre ovnis usted era un descreído hacia este tema, un escéptico.
-Sí. El que tenía entonces de redactor jefe era Alfonso Ventura, que me dio un teletipo y me dijo: Mira a ver qué es esto. Año 1972, un ovni en la provincia de Burgos. Me fui para allí porque me ordenaron que fuera y me encontré con un pueblo lleno de gente asustada y con un objeto enorme que se había colocado encima de la escuela. Helicóptero, no; avión, tampoco; tampoco era un globo… Ahí es donde empecé a investigar por pura curiosidad, no porque estuviera convencido de que había ovnis.

-¿Es usted difícil de convencer?
-Depende de qué. Si es una chica tiene muchas posibilidades. Ja, ja, ja… En serio, si es un caso ovni lo que hago es escuchar al testigo, volver a interrogarlo siempre que pueda y analizar el caso.

PERSONAL
Edad: 75 años (7 de septiembre de 1946).
Lugar de nacimiento: Pamplona. Actualmente reside en Castro Urdiales.
Familia: Recientemente se ha quedado viudo. Tiene cuatro hijos.
Formación: Estudió Periodismo en Pamplona. Tras su licenciatura trabajó en El Heraldo de Aragón, La Verdad de Murcia y La Gaceta del Norte. Fue en este último periódico cuando entró en contacto con el fenómeno ovni.
Trayectoria: En 1975 realizó investigaciones sobre el sudario de Turín, hecho que marcó su vida y dio origen a la serie de novelas Caballo de Troya, en las que muestra su visión acerca de la vida de Jesús de Nazaret. Ha realizado trabajos para la televisión, conferencias, artículos de prensa y entrevistas con testigos de supuestos fenómenos ovni. En 1976 recibió de la mano del teniente general Felipe Galarza, jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire español, doce expedientes ovni clasificados que Benítez publicó íntegramente en su libro Ovnis: documentos oficiales del Gobierno español (que posteriormente se reeditaría con el título Ovni: alto secreto). Fue la primera desclasificación de archivos ovni en España después de que en diciembre de 1968 este tema fuera declarado materia reservada. A lo largo de los años ha ido compaginando sus investigaciones sobre ovnis con las de la vida de Jesucristo. En octubre de 2006 publicó la octava parte de la serie Caballo de Troya (Jordán) y en 2011 publicó el noveno Caballo de Troya (Caná), el último de la saga. Recientemente ha publicado El diario de Eliseo, La catástrofe amarilla, y el último, Mis primos. Además, ha editado ensayo, filosofía, poesía y novela, entre otros géneros.
Polémicas: Las ha tenido de todo tipo. En 1992 intervino en los cursos de verano de El Escorial, donde disertó sobre ovnis, lo que dio lugar a críticas desfavorables por parte de la comunidad científica española (críticas negativas que han sido habituales a lo largo de su carrera).

J.J. Benítez

J.J. Benítez

Cuestione con J.J. Benítez los grandes misterios y los temas insólitos que el hombre se planteó en el pasado y de los que aún hoy busca una respuesta. Rompa las barreras de lo desconocido y disfrute de la mano de J.J. Benítez y sus sorprendentes descubrimientos. Venga con nosotros y viva a través de sus obras y documentales de TV, la hechizante aventura del saber.

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