Tuve el privilegio de conocerla. No podía creerlo. Oliva Muñoz fue la maestra que enseñó a leer y a escribir a mi padre. Oliva, más conocida por “La Carambita”, nadie sabe muy bien por qué. Pero eso poco importaba. Oliva fundó la primera escuela del barrio del “21”, en Barbate. La llamaban “La Miga”, una pequeñísima aula a la que acudían a diario treinta o cuarenta niños. Por La Miga pasaron cientos de barbateños. Todos le deben mucho a Oliva. Gracias a ella salieron de la oscuridad. Y sólo por diez céntimos (de peseta) al día. Oliva fue una maestra al viejo estilo: abnegada, tenaz, generosa y soñadora. Sólo quería hacer la luz en las mentes de los niños. Con mi padre lo consiguió.
Oliva, «La Carambita». (Fotos: J.J. Benítez)