En la imagen destacada: Lafita (Foto: J. J. Benítez.)
Me lo presentó el añorado Castillo.
José Luís Rodríguez Lafita no era un abogado común y corriente. En realidad ejercía de aventurero. Pero aventurero de a pie. Lafita recorrió la provincia de Cádiz paso a paso, «de la nieve a la espuma», y así lo reflejaba en su columna, en el Diario de Cádiz. Era un bebedor de belleza. Me enseñó a nadar y a guardar la ropa. En su casa, en el Paseo Marítimo de Cádiz, vivía con 300 santos (algunos de madera). Decía: «No hay como tocar las cosas…».
Fotos: J.J. Benítez.