Luís Olarra fue una institución en el País Vasco. Levantó un imperio económico en los años setenta, a pesar de las crisis (en plural). Fui uno de sus amigos.
En cierta ocasión, la organización terrorista ETA se fijó en él. Olarra era secuestrable. Poco antes, Ibarra había sido secuestrado y asesinado. Pero Luís reaccionó como sabía: contrató a la mafia marsellesa y envió un mensaje a ETA: “Si me sucediera algo, o a mi familia, hay 1.000 millones de pesetas en poder de la mafia. Ellos terminarán con vosotros, uno a uno”.
Santo remedio.
ETA no volvió a molestarle.
De él aprendí el coraje (sin perder la sonrisa).
Luís Olarra (derecha), en una reunión de empresarios. (Foto: Manu Cecilio.)
La Gaceta del Norte.
La Gaceta del Norte.
La Gaceta del Norte. (12 de junio de 1977.)