En la imagen destacada: (Foto: Fátima Santana.)
Fuente: Daniel Arjona – El Confidencial. 09/X/2019.
El mayor fenómeno paranormal de la industria editorial española publica la última parte de su saga ‘Caballo de Troya’ (por el momento) después de vender más de cuatro millones de ejemplares
En todas las bibliotecas familiares de quienes nos criamos en los años 80 había al menos un libro de Gironella, otro de Vizcaíno Casas y un tercero de J. J. Benítez. Después de unos años de ejercer el periodismo y de perseguir ovnis por todo el planeta, Juan José Benítez (Pamplona, 1946) publicó en marzo de 1984 ‘Caballo de Troya’, una bomba editorial con la que arrancaba una saga interminable que, casi cuatro décadas después, ha despachado la cifra paranormal de más de cuatro millones de libros. El escritor navarro siempre ha asegurado que aquella historia del viaje en el tiempo de dos oficiales estadounidenses a la Palestina del siglo I a la busca de la verdad oculta sobre Jesús estaba basada en una información real y secreta a la que él habría tenido acceso. Y, francamente, a estas alturas, parece ocioso dilucidar si Benítez lo cree de verdad.
J.J. Benítez despliega su fascinante personalidad cuando nos encontramos con él en un hotel de Madrid para hablar de su nueva novela titulada ‘El diario de Eliseo’ (Planeta) la número once de ‘Caballo de Troya’ y con la que supuestamente concluye al fin la serie. Lejos de la imagen de un iluminado seco y orgulloso que uno se hacía antes de conocerle, se muestra como un tipo llano y divertido que enumera conspiraciones, visitas alienígenas y oscuros misterios religiosos sin pestañear. De manera que uno no acaba de decidir si habla completamente en serio o te está tomando el pelo.
PREGUNTA. Te confieso una cosa, estoy fascinado con las solapas de tus libros, cada una es mejor que la anterior. ¿Las escribes tú?
RESPUESTA. Sí, claro. Las escribo yo porque, si las escriben otros, normalmente dicen cosas que no son verdad. Así que, cuando acabo un libro me ocupo tanto de esas pequeñas biografías como la sinopsis de la contra. Aunque en este caso el último párrafo de la sinopsis, la advertencia sobre que el libro puede herir la sensibilidad del lector, no es mío.
P. ¿Ah, no?
R. No, porque los editores me pidieron que quitara unos pasajes y dije qué no.
P. ¿Qué pasajes?
R. Son dos páginas escasas de 814 con una cierta carga de erotismo. Pero yo me negué.
P. En este libro al final de la bio de la solapa leemos: «El editor se pregunta quién sacará adelante los 145 libros que J. J. tiene en proyecto». ¿¿145??
R. En ese momento sí pero ahora ya son más. He publicado 62 libros ya pero escritos, completamente escritos pero sin publicar aún, en el armario, tengo diez más. Y luego más de un centenar de los que tengo la idea y un breve desarrollo.
(Foto: Fátima Santana.)
P. Pero, ¿cómo lo haces?
R. Soy periodista, tengo una ventaja enorme sobre los escritores que no lo son. Eso me ha ayudado muchísimo. Yo veo las cosas desde el punto de vista de un periodista, cualquier cosa que me encuentro puede convertirse en un libro. ¿Y qué hago después? Pues en mis muchos viajes e investigaciones voy tomando notas. Por ejemplo, mira esto.
Benítez muestra una pequeña libreta casi desecha y profusamente anotada. «¿Ves esto? Es un libro ya casi terminado. En realidad lo que me pasa es que tengo problemas para decidir qué publico a continuación de lo mucho que tengo escrito».
P. Y, cuando ya no estés, ¿has pensado qué pasará con todos esos papeles?
R. Claro que lo he pensado, lo he hablado con Blanca [su mujer], y no sabemos muy bien qué hacer porque mis hijos me dicen que no tienen sitio. Conservo una biblioteca de más de 6.000 volúmenes, además de archivos, cuadernos, carpetas, cintas, negativos diapositivas… Es un problema cada vez más gordo.
P. Este es el libro número 11 de su serie Caballo de Troya iniciada en 2014 y que ha vendido más de cuatro millones de ejemplares…
R. No se sabe cuánto he vendido.
P. ¿No?
R. No, porque la editorial te roba.
P. ¿Cómo es eso?
R. Pues como siempre.
Se dirige a la responsable de prensa de su editorial. «¿La editorial no te roba, verdad?» «¡Pues claro que no, Juan José!» Ambos se ríen.
P. Bueno, digamos que has vendido más de cuatro millones. Eso es mucho dinero.
R. Mucho dinero, sí.
P. ¿Has dejado de llevar la cuenta?
R. Bueno, el dinero siempre lo puedes contar.
P. ¿Qué encontrarán tus fieles lectores en ‘El diario de Eliseo’?
R. En este libro relato los dos últimos años de los cuatro que duró la predicación de Jesús. Y acabá en marzo del año 30, donde comenzaba precisamente el primer ‘Caballo de Troya’. Se cierra el círculo. ¿Qué encontrarán aquí mis lectores? Pues la vida pública del Maestro, sus palabras, sus pensamientos, sus problemas, sus persecuciones, sus fascinantes prodigios…
P. Tú siempre explicas que nada de lo narrado en los Evangelios se ajusta a la verdad.
R. Eso es. Por ejemplo, un pasaje muy llamativo que recojo en este último libro es, tal y como sale en los Evangelios canónicos, cuando Jesús camina sobre las aguas. Eso no fue así.
P. ¿Ah no?
R. No, y yo lo cuento con detalle. El asunto es que Pedro sufría sonambulismo. Y, en un momento determinado, en una travesía en barco durante una tormenta, Pedro ve en sueños a Jesús caminando sobre las aguas. Y entonces se pone de pie, sonámbulo, y se tira al agua. Y los que van con él lo agarran y lo sacan. Todo el mundo sabía que había sido un sueño pero Pedro se mantuvo en sus trece. Y eso se transmite y llega a los Evangelios como una verdad. Pero no lo es: Jesús no necesitaba hacer circo.
P. Culmina en ‘El diario de Eliseo’ una saga que me atrevería a resumir así: usted tiene acceso a una información de un oficial estadounidense que da cuenta de un viaje en el tiempo de dos pilotos a la Jerusalén del siglo I. Allí siguen a Jesús y comprueban que todo lo que cuentan los evangelios, como me ha comentado, es falso. Jesús habría sido una especie amable de extraterrestre enviado para mostrarnos que nosotros también somos de alguna manera seres divinos e inmortales. Y no fue la primera visita, civilizaciones extraterrestres llevan visitándonos desde hace millones años y aún siguen haciéndolo hoy. Y ya. ¿Es más o menos así?
R. Más o menos. En realidad Jesús de Nazaret nace aquí en la Tierra como un ser humano. Pero su origen es divino, él no es de aquí de la Tierra.
P. ¿Es un extraterrestre?
R. Es un Dios.
P. ¿Un dios no es lo mismo que un extraterrestre?
R. Para nada.
P. Ah, vaya.
R. Hay cientos de civilizaciones extraterrestres de aspecto humano que no tienen el don de la divinidad. Otra cosa es que esas civilizaciones estén al servicio de la divinidad, algo que puede ocurrir. Es lo que nosotros simplificamos con la palabra «ángel». Jesús es un dios que se encarna en la Tierra y, me atrevería a decir, es un dios menor. No es el hijo del Padre, eso es una aproximación a la verdad. Jesús tuvo un gran problema.
P. Cuéntame.
R. Pues aproximarse a la verdad. ¿Por qué? Por que no había palabras para explicar todo aquello y tuvo que simplificar.
P. Y tú, ¿en qué crees? ¿Cómo está organizado el Cosmos?
R. Por la información que he acumulado después de 45 años de investigaciones, intuyo que hay un número 1, el Padre Azul, que está acompañado de un número 2, el Hijo Eterno, y de un número 3, el Espíritu Infinito. Y, a partir de ahí, hay miles de dioses. Pero son dioses menores que se hacen cargo de sus respectivos negociados. Por ejemplo, Jesús de Nazaret gobernaría la Vía Láctea. Hay millones de galaxias y cada una requiere un dios. Todos esos dioses estarían al servicio de los grandes a los que sirven muchísimas civilizaciones de todo tipo. Nosotros somos el último de la fila.
J. J. Benítez y el periodista Daniel Arjona durante la entrevista. (Foto: Fátima Santana.)
P. Oleadas de ovnis nos visitan desde hace años y aún no se han presentado en público ni convocado una rueda de prensa. Parece un desperdicio. ¿Por qué no visitan, se me ocurre, Espejo Público?
R. Porque probablemente esté prohibido.
P. ¿Y quién se lo prohíbe?
R. Ellos mismos. Uilicemos la lógica. Los españoles conquistamos América, los ingleses, la India, etc. Y todos destruimos civilizaciones. Bien. Eso es lo que yo creo que los extraterrestres quieren evitar. Porque si ellos bajan aquí y van a Espejo Público, aunque Susana Griso sea muy guapa, que lo es, van a provocar muchos problemas.
P. Pero, entonces, ¿a qué vienen?
R. No lo sabemos. Sospechamos que son investigadores, científicos, gentes que observan cómo va el camino de nuestra civilización, a ver cómo va esto. Porque nosotros probablemente seamos híbridos creados por ellos. A su imagen y semejanza. Hay muchas teorías sobre lo que vienen a hacer aquí. Las 21.000 apariciones marianas, por ejemplo, están conectadas al fenómeno ovni. Lo único que sabemos es que no se dan a conocer más que esporádicamente.
P. Creo que tú has visto algún ovni.
R. Más de uno. Pero no me he encontrado con ellos.
P. ¿Qué organización social tienen los extraterrestres? ¿Son de izquierdas o de derechas? ¿O tal vez de Vox?
R. ¡Pero es que son cientos de civilizaciones! Si tú me preguntas cómo se organiza la Tierra, cada nación tiene su propio estilo. Pues lo mismo con las civilizaciones extraterrestres. Llevo un archivo con un millar de seres distintos. Y me quedo corto seguro.
P. No está mal. ¿Y cómo sortean los límites de la tecnología, la velocidad de la luz y esas cosas?
R. Mira, si pudieras viajar al tiempo de Cristóbal Colón y le contaras que en quinientos años recorreríamos en ocho horas y dentro de un pájaro de hierro la misma distancia que él recorrió en tres meses, te diría: «Venga ya, chico». No sabemos cómo lo hacen pero lo hacen. Lo que pasa es que nosotros tenemos una concepción lineal del viaje, siempre hacia adelante. Y no tiene por qué ser así. Hay mil maneras que desconocemos. Si tú le das a hora una palanca, te desmaterializas y apareces en Valladolid, pues imagínate.
P. Acusas a la iglesia de manipular el mensaje de Jesús en una larga historia de censura y crimen para garantizar su poder. Creo que tú fuiste a una universidad del Opus. ¿Sabes si el Opus ha enviado a algún asesino albino para acabar contigo al estilo del Código da Vinci?
R. No. Lo que sí sé es que la Obra prohíbe mis libros. Los leen primero y luego los prohíben. Entiendo que defiendan su negocio pero eso no significa que conozcan la verdad.
P. Nostradamus vaticinó que el Papa Benedicto XVI sería el último y después llegaría el fin del mundo. ¿Ha tenido que venir un papa argentino para llevarle la contraria al profeta?
R. Francisco es un hombre con buena voluntad y carismático, pero, claro, se ha metido en un nido de víboras. Porque el Vaticano es un nido de víboras. Yo creo que, de acuerdo a las profecías no de Nostradamus sino de Malaquías que sí puede ser Francisco el último papa.
P. Dices tener pruebas de la existencia de vida después de la muerte, cuestión que examinabas en tu libro titulado “Estoy bien”, ese mensaje que algunos muertos enviarían a sus familiares desde el otro lado. A tenor de ese mensaje, la cosa pinta bien. Pero me preocupa algo. ¿Nos encontraremos con todos los otros muertos allí, desde Hitler a nuestro cuñado?
R. Yo todavía estoy vivo.
P. ¡Eso espero!
R. Jajaja. No sé, la información que tengo es que, cuando uno muere, empieza un proceso. Es decir, no es que mueras e inmediatamente aparezca Dios a darte la mano. Es un proceso paulatino en el cual uno se va ajustando a nuevas realidades. Con un cuerpo físico al principio para, poco a poco, pasar por distintos estados en los que el cuerpo físico va desapareciendo. Hasta que finalmente te conviertes en inteligencia pura y dura.
P. Como al final de 2001, una Odisea en el espacio, vaya.
R. Sí, luz. Luz que piensa. Y sí, allí nos vamos a encontrar con todo el mundo.
P. ¿Pero nos llevaremos mejor? ¿Hitler se mostrará más majete?
R. ¡Es que no nos podremos llevar mal! Es un concepto diferente, al morir cambias, o te hacen cambiar, todas las ideas que tú tenías de las cosas. No existe el mal, eso es propio de esta realidad. Así que allí Hitler será más simpático.
P. Creo que la reina emérita Sofía es fiel seguidora tuya y que le regalaste una gigantesca piedra peruana pintada supuestamente por extraterrestres que debe seguir en la piscina de Zarzuela.
R. Sofía y yo somos amigos. Hice muchos viajes con los Reyes. Sofía es una persona con mucha curiosidad y le interesaba mucho el fenómeno OVNI y la vida después de la muerte. Y entonces, leyó un libro mío titulado ‘¿Existió otra humanidad?’ donde yo escribía sobre las piedras grabadas de la ciudad de Ica. Y me preguntó: «¿Yo puedo tener una piedra de esas?» Y entonces me las arreglé para hacerme con una piedra enorme de 800 kilos y se la envié a Zarzuela.
P. Eso no debió ser fácil.
R. Complicao.
P. ¿Y qué le parecía al rey Juan Carlos todo esto?
R. El rey me comentó: «Oye, Juan José, que la reina me dice que quiere una de tus piedras». Y yo: «No si ya». «Pues ya puedes espabilar». Aquello fue un follón. En fin, acabaron colocando la piedra en la piscina de Zarzuela y, en una ocasión, el rey iba caminando por allí mirando la piedra, chocó con una puerta y se rompió un brazo. ¡Y me echó a mí la culpa!
P. Y ahora para terminar una duda que me corroe: ¿cómo sé que no es usted un extraterrestre embozado que nos vende la película de que los seres de otros mundos son benignos para engañarnos y conquistarnos después por sorpresa?
R. No lo sabréis nunca.