Fuente de texto y foto: 18 de noviembre 2012. El Mercurio.
El famoso escritor español, autor de la saga y best-seller «Caballo de Troya» e investigador del fenómeno ovni, desestima cualquier suceso catastrófico para el 21 de diciembre y los meses posteriores, sustentados en supuestos pronósticos ancestrales de estos indígenas mesoamericanos, los que han sido incómodos protagonistas de este 2012. «La gente es muy crédula», asegura.
No usa computador, y al responder entrevistas lo hace, o bien por teléfono o bien de puño y letra.
Como en esta ocasión. Juan José Benítez -o J.J. Benítez- siempre ha utilizado máquina de escribir para dar forma a sus novelas y libros de investigación. Autor de la famosa saga y best-seller «Caballo de Troya» (con 9 tomos), este periodista español, investigador del fenómeno ovni y la relación de éste con la religión, ha dedicado cuarenta años a recopilar la -sostiene- verdadera historia de Jesús de Nazaret. En sus novelas y libros ha planteado teorías alejadas de la Biblia y que hablan de un Jesús cercano, jovial, viajero, curioso, y cuya vida de predicación habría sido más intensa d la que figura en los evangelios.
De hecho, el martes, 20 de noviembre, se lanzará en España y en América su último libro: «Jesús de Nazaret: nada es lo que parece». En éste, Benítez responde a las inquietudes de los lectores de «Caballo de Troya» sobre el Hijo del Hombre. «Es un libro con mucha dinamita», asegura.
En esta entrevista, el investigador -preciso, conciso y con un halo de misterio en sus respuestas- aborda uno de los temas del año, y que ha provocado nerviosismo en la gente más sensible y temerosa: las profecías mayas que señalan el 21 de diciembre de 2012 como el inicio de una nueva era en la humanidad, precedida de catástrofes naturales y fenómenos cósmicos. Algunos creen que se trataría del verdadero apocalipsis.
-Como experto investigador del fenómeno ovni y su relación con las religiones, ¿qué opina sobre las profecías apocalípticas mayas? ¿Cuál es su explicación sobre éstas?
-No creo en ninguna de esas supuestas profecías mayas. No creo que pase nada singular, que no sea lo habitual. Los mayas hablaban de ciclos solares, no del fin del planeta. Lo veremos en breve.
-¿Entonces cree que estas profecías han sido malinterpretadas? ¿No habrá tres días de oscuridad como algunos supuestos «contactados» vienen diciendo desde hace un tiempo?
-Así es. Como le he comentado, se trata de un malentendido o de un negocio.
-¿Negocio? ¿En qué sentido?
-Es un «negocio» para los que especulan con este asunto.
-En la página web de la NASA figura un artículo redactado por varios científicos que allí trabajan, llamando a la calma, en cuanto a que nada trascendental ocurrirá el 21 de diciembre ni en las fechas que siguen. Dicen que las grandes tormentas solares que se profetizan como parte del fin de esta época son normales, que su intensidad es cíclica y que todo se encuentra dentro de lo normal. Lo mismo con la famosa alineación de la Tierra con otros planetas en el centro de la Vía Láctea, que también ha sido motivo de especulaciones…
-Las tormentas solares son cíclicas. Suceden cada once años, pero sólo provocan perturbaciones electromagnéticas. Si tomamos en cuenta que el calendario está equivocado, que fue un error de Dionisio el Exiguo, y que 2012 es, en realidad 2018 o 2019, el fin del mundo ya fue…
Dionisio el Exiguo -al que Benítez se refiere- fue un monje matemático que vivió en el siglo VI y calculó los años que habían pasado desde el nacimiento de Cristo, para hacer el calendario actual.
-¿A eso se refiere, entonces, que esto de las profecías es un malentendido?
-Exactamente. Me refiero a la confusión de las fechas, consecuencia del error de Dionisio el Exiguo.
-«Apocalipsis» ha sido una de las palabras más repetidas en éste último tiempo, en referencia a los supuestos sucesos de fin de año. ¿Qué debería entenderse exactamente por éste?
-«Apocalipsis» significa revelación. Creo que al fin del mundo le falta mucho.
-¿Por qué una connotadora entrevistadora japonesa, la princesa Kaoru Nakamaru, revelaría al mundo lo de los tres días de oscuridad, asegurando que fue contactada por extraterrestres? ¿Por qué un monje tibetano secundaría estas afirmaciones?
-En otras ocasiones (léase año 2000) también se produjeron psicosis de este tipo, y no pasó nada. La gente es muy crédula.
-¿Cree que hay organismos gubernamentales, de inteligencia, de países poderosos como Estados Unidos que, efectivamente, saben mucho más de lo que anuncian? Es decir, que ocultan información vital en este sentido…
-Sí, hay organismos que saben muchas cosas y las ocultan.
-¿Cuál se supone que será esa «nueva era» que anuncian las profecías, en donde el ser humano pasaría a una «nueva etapa» en la espiritualidad? Algunos hablan de pasar a la «quinta dimensión», en donde -aseguran los que creen- non habría sufrimiento ni enfermedades.
-Ese cambio se producirá algún día, pero nadie sabe cuando. El mundo está destinado a la luz, con seguridad. Ahora no debemos preocuparnos por eso.
-Pero de ocurrir algún día un cambio de era y de actitud del ser humano, ¿debe ser éste tan traumático como se profetiza, lleno de catástrofes precedentes?
-Las catástrofes seguirán registrándose, es lo natural. Este es un planeta joven y tipo «laboratorio». Aquí cabe todo: lo mejor y lo peor. Pero como le digo, el fin del mundo está lejano, muy lejano…
-Es otras palabras, usted que ha escrito mucho sobre la historia y personalidad de Jesús, y sobre su mensaje de un Padre Azul de puro amor, un «papá» que ama infinitamente a sus hijos y para el que nuestro entendimiento es tan corto que ni siquiera somos capaces de ofenderlo, ¿cree que Ellos sometería acontecimientos tan duros a la humanidad, como los que se pronostican?
-No creo que el Padre Azul castigue a nadie. Las catástrofes y las guerras no dependen de Dios. No debemos confundir el devenir natural de los acontecimientos con Dios.
-Usted dice que la Tierra es una especie de «laboratorio». ¿De quién es ese laboratorio? ¿Quiénes serían los «científicos»?
-Me refiero a que, en mi opinión, no es un mundo normal y corriente. Eso quise decir.
-Internet es una inagotable fuente de información, pero mucha de ésta es información basura… ¿Qué creer y qué no creer?
-A la hora de evaluar la información contenida en Internet, es preciso utilizar el sentido común. Nada es lo que parece.
J.J. Benítez ha vendido más de nueve millones de ejemplares de sus libros en todo el mundo, y en varios idiomas, y solo de la serie «Caballo de Troya» ha vendido cinco millones. Junto a esta saga -que relata las aventuras de un mayor norteamericano trasladado en el tiempo a la Palestina de Cristo, con quien entabla una amistad-, el periodista hispano se ha especializado durante su carrera en el estudio de la ufología y su vínculo con la religión. Ha escrito éxitos como «El enviado», «Los astronautas de Yavé» o «El ovni de Belén».