Pudo suceder en los años veinte. Mi madre vivía en Estepona (Málaga), con su familia.
De pronto, un buen día, en lo alto de la escalera exterior de la casa, mi abuela dijo haber visto a un ser luminoso. Ella lo identificó con la Virgen del Carmen. El ser luminoso le anunció que su marido se estaba ahogando.
Esa misma mañana llegó la noticia: el barco en el que navegaba mi abuelo se había hundido. Juan López Rodríguez consiguió salvarse.
La noticia corrió como la pólvora y la casa de mis abuelos se convirtió en un lugar de peregrinaje. Todos decían que fue un milagro…
P.D.- Y yo pienso: “¡Qué mala leche la del ser luminoso!”
Juan López Rodríguez, mi abuelo por parte materna.