(Fotos: J.J. Benítez.)
Me siento orgulloso de los amigos homosexuales que se han cruzado en mi camino. Ellos también me han enseñado. Ellos me demostraron que la sensibilidad y el coraje pueden ir unidos. Sólo hay que respetarlos. Como dijo el Maestro, refiriéndose a la homosexualidad : “¿Crees que el Padre comete errores?”
Hoy, a través del poema dedicado a Manuel Gallardo, “Malito”, quiero reconocer, públicamente, mi solidaridad y simpatía hacia estos seres humanos:
“MALITO”
Fui sangre de fuego en mi torrente.
Y en mis ojos de halcón,
niebla y nieve.
Fui niño si saberlo.
Me vi hombre sin quererlo.
Dicen que soy amor de medianoche.
Soy hielo
y abraso en la candela de las malas lenguas.
Dicen que me estiro en la soledad,
como el ciprés en el frío del alba.
Dicen que soy mujer sin perfil.
Dicen que soy hombre muerto para el amor.
Dicen tantas cosas…
¡Se equivocan todos!
¿Quién adivina que el Universo
juguetea entre mis dedos?
¿Quién sabe que lloro sin llorar?
A veces,
soy vela sin viento.
Y también macho que brama su locura.
Soy corazón de plomo cuando me hieren.
Soy cristal para el hermano
y lanza para la venganza.
¿Quién rasgó el velo de mi templo interior?
¿Quién conoce la soledad de mis inviernos claros?
Dicen que soy y no soy.
Dicen que ni sufro ni padezco.
¡Se equivocan todos!
Bebo muerte y nacimiento en cada sueño.
Soy hermano de los que me aceptan.
Mi madre es la cuna transparente del
Todopoderoso.
Voy por la vida con la frente alta.
Puedo ser legión y flecha solitaria.
Soy amor en cada signo.
Amigo cuando no quedan.
Mujer fiel sin ser hembra.
Hombre cuando se presenta.
Soy ángel sin estela.
Bruma a veces.
Otras, oro, plata y siempre: Manuel Gallardo.
“Malito”, para quien lo quiera,