En la imagen destacada: (Foto: Rigoberto Juárez.)
Fuente: Rigoberto Juárez. 4 de diciembre 2011.
El periodista e investigador español presenta hoy Caná, noveno libro de la serie Caballo de Troya.
30 años de trabajo, investigación, viajes, entrevistas y de enfrentarse con detractores y los más puristas defensores de la iglesia, han llegado a su fin. El periodista español Juan José Benítez presenta hoy, Caná, noveno y último volumen de una de las sagas literarias más afamadas a nivel mundial: Caballo de Troya.
J.J. Benítez revela que en varias ocasiones pensó en desertar en este proyecto, que vio la luz en marzo de 1984. En 2002, cuando casi muere por problemas cardiacos, temió dejar inconclusa esta historia, que presenta a un “Jesús de Nazaret totalmente diferente al que nos han pintado durante siglos”.
-¿Cómo se siente al concluir este proyecto?
-Aliviado. Hubo momentos donde pensé que no la iba a terminar, pensé tirar la toalla y temí por dejarla inconclusa. Es mucho el trabajo, hubo que comprobar infinidad de datos, hay más de 14 mil fuentes informativas que consulté en estos años. Es un trabajo que ahora no podría hacer.
-Según el Caballo de Troya, ¿Jesús nunca fue la imagen que nos ha vendido como una marca registrada la iglesia católica?
-Efectivamente. Si alguien conoce un poco el mensaje, pensamiento y estilo de vida de Jesús de Nazaret, se da cuenta de que nunca quiso fundar una estructura como la conocemos ahora, no sólo en la iglesia católica, sino en el resto de las iglesias. No lo necesitaba, él vino a traer un mensaje muy simple y sencillo, pero el ser humano es como es, y al poco de tiempo de morir Jesús, apareció la estructura que conocemos y se convirtió en una multinacional al servicio del poder, donde lo único que cuenta es el dinero y el terror, pero entiendo que ellos defiendan su negocio.
– ¿Fue complicado escribir de Jesús de Nazaret?
-Si hubiera sido Napoleón no hubiera tenido problema [al escribirlo]. Me eché a temblar y sigo temblando, desde el momento en que comprobé la información, verifiqué lo que tenía entre manos, y me di cuenta de que era espectacular, que esta historia me convencía más de lo que me habían contado siempre. Dije: si lo saco a la luz, me crearé muchos enemigos, pero también es verdad que si lo hacía, muchísima gente se podía encontrar con que esto le convence más que aquello, y esto último sacó adelante.
– ¿Caballo de Troya es el proyecto más importante de su carrera?
-Yo he escrito 56 libros, de todo: narrativa, filosofía, ensayo, poesía e investigación. Seguramente si alguien me recuerda alguna vez, que tampoco tengo ningún interés, será por Caballo de Troya, no por el resto, esa es la realidad. No me gusta, pero lo tengo que aceptar, porque he puesto el mismo corazón en cada uno de ellos.
– ¿Cómo enfrenta las críticas de sus detractores?
-No las enfrento. Antes sí lo hacía, respondía, pero a estas alturas se me resbala. Lo que digan los científicos me tiene sin cuidado, o los sectores conservadores de las iglesias, menos todavía. Yo no tengo la verdad, pero ellos tampoco. Estoy más que convencido, después de trabajar en más de 5300 páginas de Jesús de Nazaret, que nunca fundó una iglesia de ningún tipo.
– ¿Qué le representa ser uno de los autores más leídos por jóvenes?
-Es un balón de oxígeno. El que el Caballo de Troya 1, que salió en marzo de 1984 se siga reeditando y que lo sigan leyendo la gente de las nuevas generaciones es fantástico. Yo acabo de regresar de Chile y en la firma de ejemplares había chavales de doce a quince años, que su padre, abuelo o su mamá los había iniciado a la lectura del Caballo, eso es mágico.
Benítez, quien lamenta la ola de violencia que azota a México, planea viajar a Ciudad Juárez para investigar y adentrarse en el tema de narcotráfico, asesinatos y unos túneles que le intrigan; confía en que la paz y la tranquilidad pronto regresarán al país.