Fuente: TELEPRENSA. 2008.
Acudió a la ciudad almeriense para presentar su último libro “El hombre que susurraba a los Ummitas”.
J.J. Benítez, el famoso autor de Caballo de Troya, acudió el pasado viernes a un encuentro con sus lectores de El Ejido, con motivo de la Feria del Libro que se celebra en el municipio. Benítez, reconoció que le alegraba “estar equivocado” en cuanto a la localidad almeriense, ya que, “siempre había pasado de largo” en sus investigaciones, y tenía aún presente la imagen xenófoba que transmitieron, hace ya algunos años, determinados medios nacionales, especialmente cierta cadena privada de televisión. Una vez llegaba al hotel “pude ver a tres hombres de color sentados en un banco, hablando tranquilamente”, dijo, como ejemplo de la integración que ha podido ver en su visita.
Benítez, presentaba, de la mano de una librería local, y del Ayuntamiento de El Ejido, su último libro, “El hombre que susurraba a los Ummitas”, que es el número cincuenta que publica – aunque hay otros cuatro que nunca verán la luz -, y en el que trata el caso del “affaire Ummo”, uno de los mayores escándalos ufológicos de España, y parte del extranjero, que tuvo una repercusión tremenda internacionalmente. Supuestamente, durante décadas, una serie de personas, especialmente aquellas que departían sobre estos temas en el café “La ballena alegre” de Madrid, con Fernando Sesma y otros a la cabeza, recibieron una serie de misivas, llamadas telefónicas e informes de unos supuestos seres alienígenas, que decían provenir del planeta Ummo, y cuyo símbolo más característico, era una especie de “H”, que se podía observar en sus naves y escritos.
Finalmente, José Luis Jordán Peña, perteneciente a la Sociedad Española de Parapsicología, confesó haber sido él el que, durante todo ese tiempo, había engañado a tanto investigador y aficionado, que, de una forma u otra se había acercado a esa trama. Pero, Benítez, destapa la falacia de que un único hombre fuese el que orquestase y dirigiese todo el asunto. “Los manipuladores han sido manipulados”, dice, ya que la historia es mucho más compleja de lo que parece en su inicio, y tiene ramificaciones internacionales.
El autor navarro, que reside actualmente en Zahara de los Atunes, Cádiz, “al sur del sur”, tuvo un encuentro con los medios, pero, donde más jugo se sacó a su persona, fue sin duda en el encuentro que tuvo a posteriori en el Patio de Luces del Consistorio, donde lo esperaban muchos de sus lectores habituales, junto a otros tantos curiosos. Benítez, de la mano del concejal de Cultura, Gerardo Palmero, hizo una pequeña presentación de su vida, y como el “destino” hizo que no pudiera ser “Miguel Ángel”, como él quería, y lo llevó de la mano, y entrenó como periodista, para que pudiera llegar a ser el genial investigador que es hoy en día. Tras estos diez minutos, el padre de “100.000 Km. tras los Ovnis” dejó la palabra a los asistentes, para que fuesen ellos los que encaminasen el diálogo.
Y si, a partir de ese momento hubo un protagonista, ese fue Caballo de Troya, “un libro mágico”, su obra más querida, unido a la figura de Jesús, “un Jesús más humano y cercano que el que nos han presentado las religiones”. Benítez lo volvió a repetir, a petición de sus seguidores, el noveno, será el último Caballo de Troya; queda mucho por contar de la vida pública de Jesús, pero “sólo puedo decir que aguarda una enorme sorpresa. Como comprenderán, no la puedo desvelar aquí”. Lo que si puede salir algún día a la luz, es la documentación completa que ha usado para escribir estos libros, que, recordemos, insiste en considerar lo que pudo pasar, y no sólo una novela, aunque “la verdad no la podemos alcanzar en este mundo”.
Y es que el autor tiene una especial relación con Jesús, y con Dios, “del que estoy convencido que es mujer, o al menos tiene una faceta femenina”, desde que conociese los estudios que un grupo de científicos, algunos de la NASA, llevó a cabo a finales de los 70 sobre la Sábana Santa. Concluyó entonces la pobre tarea que habían realizado como periodistas los evangelistas, e intentó llegar a comprender mejor esta figura, cuando le “llegó una información privilegiada”. Afirma en este sentido que, por la mentalidad de la época, las mujeres fueron silenciadas. Totalmente serio, afirma que “Dios siempre cumple” lo que promete, y que Éste dijo que volvería. “No descarto que lo haga como mujer, pero no ahora”.
Benítez dio su imagen de la muerte, “para la que nadie nos prepara”, de lo que hay detrás, incluso de los “fantasmas o como se puedan llamar”. Lo que sí descartó es que exista una reencarnación al estilo oriental, porque “Dios es imaginación, no se repite nunca. Con una muerte hay suficiente. A este mundo venimos a experimentar”. Eso sí, con una guía, porque tampoco cree en “el libre albedrío”; vendríamos al mundo con un “contrato” firmado, por el que ya hemos decidido que vivir y sufrir, aunque después lo olvidemos para que la experiencia sea plena.
Pero no todo fue por derroteros Divinos. También hubo hueco para lo que lo dio a conocer, los OVNIs. En concreto, uno de los asistentes, le preguntó por las reacciones que se han dado desde que, en su página web, publicase 58 cartas que desvelan como el ufólogo Vicente Juan Ballester Olmos, y otros “ufólogos de salón”, tuvieron una relación directa con la desclasificación que el Ejército del Aire realizó a principios de los 90. Willy Smith, un ufólogo americano, que colaboró con Ballester, hastiado de la situación, le entregó esta correspondencia a J. J. Benítez, con la condición de que no la diese a conocer hasta después de su muerte. El navarro cumplió, y, desde hace un mes, aproximadamente, todos los visitantes de su página, y lectores de revistas del sector, han podido comprobar como el Ejército entregaba estos documentos a civiles, antes de desclasificarlos, para que estos buscasen explicaciones “racionales” a los mismos. Según J. J., no se han dado reacciones, “porque las cartas son claras en sí mismas”, excepto en alguna emisora de radio local.
Este seguidor de los OVNIs, no se cortó un pelo, al ver la sombra de estos seres en pasajes, incluso tan lejanos, como el Éxodo judío, “aunque realmente eran tribus, clanes beréberes”, dar su versión de porque los Gobiernos y Ejércitos no hablan claramente del asunto, “los militares dicen que la gente no está preparada”, y porque estos seres no se dan a conocer, “para poder estudiar en su ambiente al ser humano, no pueden hacerlo – aunque no es el único argumento –“, sobre todo tan claramente como lo pudieron hacer en la antigüedad, “entonces no teníamos misiles nucleares”. Una curiosidad, el olor a azufre relacionado con el demonio, “que tampoco es lo que nos han dicho de él”, viene de la Edad Media, en relación a lo que hoy llamaríamos encuentros cercanos. Llega, sin pudor, a mostrar como, en los periodos en los que más insistentemente se pide información, siempre “aparecen vídeos, u otros elementos, para desacreditar el fenómeno – como pasó con la famosa autopsia del alienígena de Roswell, Nuevo México –“, que no son casualidad, sino que cumplen con una clara función desestabilizadora.
Benítez, llega todo lo lejos que se puede; insiste en las posibles ruinas en la luna, y como, un militar americano, al que en un documental de televisión identificaba como “Mirlo Rojo”, le aseguró que Kennedy estaba dispuesto a dar a conocer ese asunto. Si este fue uno de los motivos que lo llevaron a morir, que el lector sea el que saque sus conclusiones.
Sobre uno de sus libros más polémicos, Ricky B, donde trata el caso de una posible “infiltrada” en la sociedad humana, confirmó que, desde hace tiempo, tiene la segunda parte casi finalizada, pero que espera a que, “el destino”, lo lleve hasta el momento adecuado para publicarlo.
Tras el encuentro, J. J., permaneció en el Patio de Luces durante un buen rato, firmando los ejemplares de sus obras, a todos aquellos, y no fueron pocos, que querían tener el autógrafo en las páginas de los mismos.