Fuente: mujeractual.com
Juan José Benítez, escritor y periodista especializado en el fenómeno OVNI con más de veinte libros publicados sobre ufología y otros enigmas, nos habla en esta entrevista, entre otras cosas, acerca de la sexta entrega de su famosa saga «Caballo de Troya». Con los cinco títulos anteriores de esta serie, este escritor ha conseguido vender más de tres millones de ejemplares.
Cada una de las entregas de la saga «Caballo de Troya» se centra en un momento o etapa clave de la vida de Jesús. ¿En qué aspectos se detiene esta séptima entrega?
«Caballo de Troya VI, Hermón» es la continuación del anterior. Los lectores estaban esperando desde hacía muchos años lo que en esta saga de libros se llama el tercer salto en el tiempo. Se trata del retroceso de los personajes del libro al año 25, un poco antes de que empiece a desarrollarse la vida pública de Jesús.
Lo que hay aquí es un estudio de lo que ocurre después de la resurrección de Jesús, de sus apariciones y un estudio de la manipulación de los Evangelios a este respecto y, por otro lado, un estudio en profundidad del ADN de Jesús de Nazareth y de la imposibilidad de que María fuera virgen. También, en este libro se produce por fin un encuentro de los protagonistas con Jesús en Hermón, el monte que está en la frontera que une el Líbano con Nazareth donde sucede, en mi opinión, uno de los hechos más importantes de la vida de Jesús, cuando él toma conciencia por primera vez de su divinidad, cuando se da cuenta de quién es.
«Caballo de Troya VI, Hermón» se cierra en este punto. En el siguiente volumen (Caballo de Troya VII) se arranca con la vida pública, pero aún no he tenido tiempo de concluirlo.
Usted siempre ha tenido bastantes problemas con los sectores religiosos debido a su particular visión de la figura de Jesús de Nazareth; incluso en su anterior obra («A 33.000 pies») su editorial decidió censurar algunos capítulos porque hubieran supuesto un enfrentamiento con la Iglesia. ¿Cómo le afectan estos ataques?
Yo soy un periodista y, como tal, terminas acostumbrándote a estos ataques. La jerarquía eclesiástica católica es quizá la que me ha bombardeado más, pero la Iglesia en general y la gente normal y sencilla está encantada por el hecho de mostrar a un Jesús cercano y mucho más humano de como lo ha presentado la Iglesia y, además, agradecen esta visión más humana. Y esto yo lo noto a través de las cartas que me envían y las conversaciones que he mantenido a lo largo de estos quince años en los que llevo escribiendo la saga de «Caballo de Troya».
A la jerarquía de la Iglesia no le gustan mis libros porque en ellos se duda, en varias ocasiones, de la fundación de la Iglesia Católica por Jesús de Nazareth. Jesús nunca fundó una Iglesia. También se duda de la virginidad de María y de la Eucaristía. Yo planteo que la Eucaristía es una fórmula mágica y Jesús no era un artista de circo; era una persona muy respetuosa con todo el mundo y dudo profundamente que hiciera algo así porque eso significa excluir a mucha gente que no comparte esa religión. Jesús simplemente vino aquí a dar un mensaje, pero la Iglesia lo ha enredado todo mucho.
Usted siempre ha declarado que en la mayoría de sus libros hay partes que no son de su autoría, sino que es como si una mano invisible se encargara de escribirlas.
Pues en los caballos sobre todo se produce un fenómeno muy extraño. Yo soy una persona muy rigurosa, hago unos guiones muy detallados, pero cuando me pongo a escribir hay como unos hilos invisibles que me van llevando y, en un momento determinado, pienso que me voy a detener en una escena, pero no es así. Los personajes toman otro rumbo y lo que yo había escrito como guión desaparece.
Hay una conducción exhaustiva y generalizada, desde el primer al último libro de la saga, hasta el más pequeño detalle. Hay cosas increíbles como no encontrar un dato técnico, histórico o arqueológico y aparecer de repente debajo de un libro que tú no sabías ni que existía. En los más de quince viajes a Israel y Jordania para documentar este libro me han sucedido infinidad de anécdotas que revelan que hay una mano que te va llevando hasta el sitio. Por eso yo digo que estos libros son mágicos; son extraños; tienen vida propia. Además, hay muy poca ficción en Caballo de Troya.
Con motivo del descubrimiento de formas de vida microscópicas en Marte usted aprovechó para llamar mentirosos a los científicos de la NASA y acusarlos de ocultar al mundo los verdaderos descubrimientos que se están produciendo.
La NASA es un organismo militar, por lo menos, controlado por los militares. Por ello, los descubrimientos que haga la NASA relacionados, por ejemplo, con el fenómeno OVNI o vida extraterrestre dudo mucho que salgan a la luz. Y si salen a la luz lo harán, como siempre, completamente manipulados. El asunto del fenómeno OVNI es un asunto secreto en el ámbito militar y es muy difícil que salga a la luz.
Cuando el Ejército Español del Aire desclasificó los 18.000 expedientes relacionados con el avistamiento de Objetos Voladores No Identificados usted denunció que los expedientes que se hicieron públicos estaban manipulados. ¿En qué consistía esta manipulación?
Yo he investigado muy a fondo este tema y he seguido muy de cerca esta desclasificación desde su comienzo, en 1992, con casi ochenta casos de avistamientos de ovnis.
Es la mayor desvergüenza de la democracia, por lo menos en cuanto a estos temas. Los casos han salido mutilados, faltan documentos y no son los originales. Cuando se hace una desclasificación de cualquier tipo de documento histórico se desclasifica el original, que luego queda archivado en un museo o biblioteca, y los investigadores o la ciudadanía tienen acceso a la consulta del original a través de sus fotocopias. Pero el original siempre está ahí para constatar la veracidad de la fotocopia.
Esto no ha ocurrido, faltan más de cien casos de avistamientos que no han sido desclasificados y no van a salir a la luz pública, tampoco se han difundido las filmaciones que los aviones de combate españoles que han perseguido a OVNIS, ni fotografías… bueno, un desastre. Y eso no es casualidad ni consecuencia del mal hacer de los servicios de inteligencia del Ejército del Aire, que son muy capaces; sino que para los investigadores como yo esa historia es un suceso perfectamente organizado que se ha querido que salga a la luz así e intuimos que los americanos están detrás de todo esto, como detrás de muchas otras cosas.
En sus declaraciones, usted siempre ha advertido que el secretismo con que el ejército y la NASA tratan estos temas se debe a que persiguen hacerse con una supuesta tecnología superior que estaría en manos de seres alienígenas.
Ese es uno de los objetivos; los norteamericanos y la OTAN llevan muchos años detrás de capturar estas naves. Para mí son naves. Un ejemplo es el incidente de Rosswell, en EE.UU., en el que se estrelló una nave y se capturó a las criaturas que la tripulaban. A partir de esos años (1930-1940) empieza a surgir una tecnología muy novedosa en el mundo que se sospecha que podría estar inspirada o sacada de esa nave: los chips, la fibra óptica, aleaciones que no eran habituales. No es seguro, pero se sospecha que todos estos avances tecnológicos pueden estar relacionados con la captura de esta nave.
Desde entonces, los norteamericanos, sobre todo, intentan capturar como sea estas naves para hacerse con su tecnología, existen sospechas de que los aviones invisibles al radar podrían estar inspirados también en los OVNIS. Hay toda una historia, probablemente cierta, sobre cómo los militares tratan de sacar información del fenómeno OVNI.
¿Qué es lo que ocurriría si se eliminara el secreto que envuelve estos temas y se hicieran públicos?
Una gran sorpresa, la gente se quedaría con la boca abierta al ver cómo durante más de cincuenta años les han estado engañando, de ver cómo los militares tenían pruebas, pruebas importantes además, y sabían lo que estaba ocurriendo. La opinión pública se indignaría porque esto es una tomadura de pelo; nosotros estamos pagando el sueldo de los militares y sin embargo no le están diciendo la verdad al señor que le está pagando el sueldo. Los militares nos toman por deficientes mentales, la opinión pública se indignaría y pediría cuentas.
Por otro lado, las universidades y la comunidad científica se darían cuenta por fin de que esos locos que estaban investigando el tema OVNI desde hace años tenían parte de razón y seguramente se harían cargo de la investigación, que es lo que tienen que hacer. Nosotros podemos hacerlo mejor o peor, pero no somos los más indicados para investigar; la que verdaderamente tiene que investigar este fenómeno es la universidad.
Los militares ocultan toda esta información porque si dijeran a la gente lo que hay y abrieran sus archivos de verdad, no como lo que han hecho en España, su papel quedaría en segundo plano porque hay civilizaciones muy avanzadas, con miles de años por delante, contra las que no pueden hacer nada. ¿Qué ejército va a reconocer públicamente que está desarmado? No pueden hacerlo.
Por otro lado, esas civilizaciones no realizan un contacto definitivo y público con el mundo porque seguramente crearía un crack enorme en el planeta, aunque fueran pacíficos, porque si una civilización que nos lleva miles de años de ventaja llega aquí y nos dice: «Mire usted, nosotros les demostramos que la energía que ustedes usan es primitiva, que el petróleo es un atraso y no sirve para nada y ésta otra es la energía que deben emplear». ¿Qué hacemos con la cadena de producción de energía, con toda la industria basada en el petróleo? O que dicen: «Nosotros les probamos la existencia de Dios, pero no tiene nada que ver con las iglesias». ¿Qué hacemos con millones de personas que creen sinceramente en Mahoma, Buda, el Papa…? E imagínate con los sistemas educativos, los políticos, los militares…
Es muy pronto para esto, hay que dejar pasar el tiempo. El contacto se producirá necesariamente, llegará el día, pero hay que esperar. Llegará un momento en que la humanidad, todavía muy joven, habrá crecido y cambiará de mentalidad. Entonces estará preparada.
Actualmente, las últimas grandes producciones cinematográficas de Hollywood, las series televisivas de más éxito, los debates y las tertulias radiofónicas… se han centrado en los temas relacionados con el fenómeno OVNI y los sucesos paranormales. ¿A qué cree que se debe esta moda?
Toda esta imagen frívola del fenómeno ovni que ofrecen perjudica enormemente la labor de investigación seria que algunos sectores estamos llevando a cabo. Probablemente, yo no lo sé y no tenemos documentos escritos que lo prueben, detrás de muchas de las grandes producciones de Hollywood puede haber una mano de intoxicación previa para que la gente se conciencie de que los alienígenas son malos, son agresivos, que están ahí, que son un peligro potencial. Es algo muy probable.
La intoxicación de los servicios de inteligencia no podéis imaginar hasta dónde llega, pero no sólo en este aspecto, sino en todo. No nos dicen nunca la verdad, estamos manipulados hasta extremos inconcebibles. Y en España, por supuesto, ocurre tanto como en cualquier otro país. En el tema de los ovnis ocurre también y es un fenómeno grave.
Usted ha realizado numerosos viajes para estudiar estos fenómenos y se ha entrevistado con muchas personas que aseguraban haber tenido algún tipo de contacto extraterrestre. De todas estas experiencias, ¿cuál es la que más le ha impresionado?
Llevo ya veintisiete años investigando estos temas y son ya varios miles de personas con las que me he entrevistado. Por ello, no sabría decirte cuál me ha impresionado más porque todos los casos auténticos son importantes. Quizá, en los últimos años, estoy trabajando más en una parte de la investigación que resulta muy sorprendente, que es la posibilidad de que haya seres no humanos que adaptan los cuerpos normales nuestros y se mezclan con la humanidad. Nosotros los llamamos los infiltrados y ese tema me ha impresionado mucho. Hay un libro mío que se llama Ricky B. en el que se cuenta uno de estos posibles casos, se trata de una norteamericana que muere en un accidente y un ser de una de estas civilizaciones lo resucita, lo levanta.
Otro de los temas que le apasiona es el de la antigua cultura maya, sobre el que ha reunido mucha información obtenida en sus viajes. ¿Piensa publicar estas investigaciones?
Yo tengo ahora mismo unos ciento veinte proyectos, de los cuales si puedo hacer treinta o cuarenta me sentiré orgulloso. Yo ya no investigo para publicar, sino por curiosidad personal. Luego, si entiendo que alguno de esos temas puede ser interesante para la gente, lo publico. Pero, en principio, ya no me planteo, desde hace tiempo, el ir a un sitio e investigar una cosa para hacer un libro, es investigar por investigar, por el puro afán deportivo de hacerlo, sin más objetivo que el de aprender.
Por supuesto que el mundo de los mayas es apasionante y hay otros muchos enigmas en el mundo que están contemplados para sacarlos a la luz algún día, pero ahora mismo si me preguntas qué libro vas a hacer próximamente te respondería que no tengo ni idea. Yo intento vivir el presente a tope, porque la vida te puede cambiar en un segundo y hacer muchos planes es muy peligroso porque no sabes qué es lo que te va a ocurrir.