Fuente: Irene González. vozpopuli.com – 14/JUN/2022.
JJ Benítez es un escritor que ha vendido nueve millones de libros. El autor de la serie Caballo de Troya, de viajes en el tiempo y la vida de Jesús de Nazaret, también es conocido por sus investigaciones del fenómeno ovni desde los años setenta. Cuestiones todas ellas que se me antojaban aleatorias y remotas de la realidad de mi tiempo, que se entremezclaban con el mundano hombre que había conocido a través de su último libro En Blanca y negro. Un diario que desvela intimidades sin pudor de su imperfección y su amor durante los últimos meses de vida y enfermedad de su mujer, Blanca, en una cuidada edición de Planeta, que hizo la presentación en su pueblo natal, Barbate, donde reside ahora.
Vozpópuli viajó a esa luminosa playa de Cádiz para conocerle sin saber qué hombre iba a encontrarme al llegar. Con unas referencias tan excéntricas, para mí, sobre su pasado y con motivo de un libro tan realista, lleno de vida cotidiana, tristeza y entereza. Una conversación sobre lo trascendente en medio de lo humano, sobre Dios, la vida, su viejo amigo el Rey Emérito, el amor y el más allá.
Con el sonido de las olas y los atuneros al fondo me encontré un hombre frágil y vulnerable. Está triste y tiene voz tímida, pero una mirada intensa y curiosa. Muy educado y sereno. Mantiene el orgullo masculino, siendo especialmente atento y despierto. Le gustan las mujeres. Lo primero que cuenta es que fue en Barbate donde su padre le presentó a la mar a los tres años y en ese instante se enamoró.
Alguien que está tan en contacto con el más allá y aun así se ha sentido perdido y sin recursos. Más que un diario, su libro parece una confesión continua sin pretender edulcorar su personalidad y sus fallos con su mujer durante los peores días de su enfermedad, como discutir con ella.
Pregunta: Para que pueda tener algún efecto en la gente tienes que ser transparente, honesto. Como tú eres. Siempre te has caracterizado por contar cosas por las que mucha gente no le iba a tomar en serio, como los ovnis. Requiere valentía y libertad
R: Requiere audacia. Porque el 90% de la gente está en otra guerra y de repente les dices algo que pueden hacerles tambalear sus principios, que es de lo que se trata. Y le haga replantearse ¿quién soy yo? ¿qué hago aquí?
P: Ya no están de moda los OVNIS como estuvieron hace décadas ¿por qué?
Llevo cincuenta años estudiando los ovnis y sé poco de ellos. Sabemos que de vez en cuando hay oleadas, y en este momento no estamos en una oleada, aunque hay casos. Ahora la gente está en otra guerra, la pandemia, Ucrania, pagar la luz…
P: Si tuvieses que investigar y desvelar algún secreto oficial de nuestra actualidad, ¿sobre qué hubieses escrito?
R: Seguiría con los mismos temas que me han obsesionado y que para mí son los importantes: tema ovni, la vida del más allá y Jesús de Nazaret.
P: En el libro confiesas que quisieron hacer una serie de televisión de tus Caballos de Troya, ¿realmente crees que se podría hacer ahora una serie de viajes en el tiempo sobre la vida de Jesús sin diversidad de género ni ninguna moda de ahora?
R: Se podría hacer, pero quizá no se entienda el mensaje de mis libros y mis investigaciones. El verdadero mensaje de Jesús es distinto al mensaje de la Iglesia, que es un invento posterior. Y dudo que ni siquiera el creyente, que está muy imbuido por el mensaje de la Iglesia, llegase a entender el mensaje principal de la obra, de Jesús.
P: Sin Iglesia ni comunidad, ¿cómo nos relacionamos con Dios?
R: Dios está dentro (se señala la cabeza). Yo defiendo lo que he aprendido en los Caballos de Troya, que yo no me lo he inventado. Cuando el ser humano tiene 5 años se produce el prodigio, una chispa. Y el Padre azul viene a ti, se instala en tu mente y está dentro de ti desde entonces. Así te relacionas con él.
P: Usted cree que todos antes de nacer firmamos cada detalle de nuestra vida incluso nuestra muerte para poder nacer, momento en el que olvidamos lo firmado. A eso lo llama la Ley del contrato. ¿No va en contra del regalo de Dios del libre albedrío? ¿No es demasiado determinista para una persona tan libre como tú?
R: Es que yo no creo en la libertad, aquí en la materia. En esta vida, en la imperfección. La libertad es un bello sueño.
P: ¿No elegimos nada?
R: No. Todo está perfectamente estructurado. Incluso el cómo vas a morir, que tú firmaste para nacer. Es lo que yo creo.
P: De todas las experiencias sobrenaturales que usted ha conocido ¿el amor verdadero sería una experiencia del más allá?
R: El amor es lo único que no puedes dejar para mañana. Es absolutamente necesario a todas las edades. Es una experiencia sumamente amarga. El amor es la culminación. Y eso que el amor terrenal es un amor con minúsculas. El amor que recibes al pasar al otro lado no tiene palabras.
P: ¿El amor son las cosas cotidianas más que las elevadas?
Algo hay de cotidianidad. Pero por supuesto es que haya una atracción mutua, la pasión, que haya el sentimiento que es muy difícil de explicar y que surge o no. Y cuando te das cuenta, si te dejas, esto es importante, te lleva a estar enamorado.
P: “No sé nada de bancos, ni freír un huevo, ¿qué haré sin ella?” Es una frase muy repetida en su libro. Es una forma de entender la pareja en la que necesita que una mujer se encargue de todo. Los hombres no asumen ese rol. ¿Esta separación de funciones es lo que hizo que durasen 40 años?
R: Quizá ella me malacostumbrase o yo sea un inútil, pero cuando se ha ido he tenido que aprender a hacer absolutamente todo. No sabes los catorce meses que llevo tan complicados. (voz frágil). No sé de bancos, ni facturas, comidas, ni viajar solo. Nada. Nada sin ella.
P: ¿Crees que puedes volver a encontrar el amor?
R: Blanca ha dejado el listón muy alto. Hombre claro que puedo volver a encontrar a alguien y hasta cierto punto ojalá. Porque yo soy una persona que necesito a una amante, una compañera, una confidente. Que me ayude y yo a ella, pero yo soy muy providencialista. Si surge algo es que tenía que surgir.
P: Los hombres no saben estar solos. Al final las mujeres somos más independientes.
Totalmente. El hombre es el ser humano que naufraga.
R: ¿Cómo ves toda esta situación con el Emérito de si viene a España o no y lo que se genera mediáticamente a su alrededor?
Yo conocí a Juan Carlos cuando era Príncipe, a raíz del tema OVNI. Después viajé con ellos como en viajes oficiales durante quince años. En aquella época de los años 70, muchos de los periodistas que le acompañábamos sabíamos de sus desmanes, de sus aventuras amorosas y estábamos al tanto del porcentaje que se llevaba de cada barril de petróleo de los países árabes. Algo que no ha salido aún. Así que a mí no me extraña que se encuentre en la situación que está, se lo ha ganado a pulso.
P: ¿La prensa ha contribuido al espectáculo?
R: La prensa en aquella época contribuyó a taparlo.
P: Y ahora que interesa atacar al Rey actual lo sacan.
R: Así es. Entonces, por parte de los periodistas que le acompañábamos, algunos muy famosos, hubo un pacto no firmado, tácito, donde se ocultó, se tapó y no se dijo nada sobre sus amoríos e historias. La pobre Sofía sufrió lo que no está en los libros. Y sigue sufriendo. Para mí es un mujer absolutamente inteligente, profesional, extraordinaria, inquieta y que ha sabido llevar el tema con mucha discreción. Pero este hombre, Juan Carlos, es un impresentable. Para mí. Y yo tuve una cierta amistad con él.
P: A las hijas de Blanca, tu segunda mujer, les pones motes, como ‘La pesadilla’. Tuviste cuatro hijos con tu primera mujer, pero ninguno con la que fue el amor de tu vida. ¿Te hubiese gustado tener hijos con ella?
R: Sí, pero por las circunstancias de la vida… no fue posible.
P: ¿Crees que hay una disociación en muchos hombres entre la mujer que es madre de sus hijos y la mujer a la que desean?
R: Sí. Así es. A mí, sus hijos además no me gustaron. Lo hablamos. Ella no tenía la naturaleza que yo tengo, porque ella quería muchísimo a mis hijos. Yo nunca hice nada contra los suyos, pero me mantuve al margen de ellos porque veía cosas que no me gustaban.
P: ¿Sigues viendo señales de Blanca?
R: Sí, no todos los días, pero con frecuencia. Cuando tengo un problema le pido ayuda y es automático.