Olvidé decirlo. Según el diccionario, la palabra “maravilloso” tiene una doble acepción: que no tiene explicación dentro de las leyes naturales o que causa gran admiración por tener alguna cualidad extraordinaria. Fernando Jiménez del Oso disfrutó de varias cualidades extraordinarias (una de ellas la menciono en “Yo Chita… tú kui”). Otra fue su don de palabra. También en eso influyó en mi, y poderosamente.
He aquí algunos ejemplos de lo que escribió. Y digo yo: ¿cómo lo hacía?