En “Jerusalén: Caballo de Troya (1)”, poco antes de la muerte de Jesús de Nazaret, según los diarios del mayor norteamericano, un enorme y singular objeto se interpuso entra la Ciudad Santa y el sol, dando lugar a las célebres “tinieblas” que acompañaron la crucifixión.
Dicho objeto, según Jasón, se mantuvo un tiempo a 18.000 pies de altura. Su diámetro era de 1.757,9 metros.
Pues bien, la información procedente del mayor fue confirmada por un alto oficial de la Armada Española, a petición mía.
No estoy autorizado a desvelar la identidad de dicho oficial.
He aquí el texto de la carta en la que ratifica la información del mayor de la USAF: