Lorenzo F. Bueno y J. J. Benítez
«El fin del mundo ya ha pasado, pero no nos hemos enterado»

Fuente: Lorenzo Fernández Bueno. Fotografías: Bruno Cardeñosa y Lorenzo F. Bueno. ENIGMAS núm. 194. Enero 2012.

-Acaba de finalizar la saga más célebre de las letras hispanas, coincidiendo con el anuncio que su autor, el gran J.J. Benítez hacía a través de su web -www.planetabenitez.com-, asegurando que colgaba definitivamente los bártulos. En exclusiva para nuestros lectores, el célebre autor navarro conversó hace unas semanas con nosotros, coincidiendo con la salida al mercado de Caballo de Troya 9. De lo divino y de lo humano, porque de ambas cosas Benítez sabe mucho…

-¿Qué diferencia hay entre el «JJ» que hace 26 años empezó a escribir el primer Caballo, y el que ahora cierra las páginas de este último?

-Pues yo estimo que hay bastante diferencia, porque entonces era muy inconsciente; era un luchador nato, y arrancaba a cada instante, y tenía unas ideas. Y ahora estoy más calmado. Yo he sido el primer perjudicado por los Caballos de Troya, en el mejor sentido del concepto, porque mi vida ha girado 180º. Ahora veo las cosas de otra manera, mucho más apaciblemente; tengo mucha más confianza en la divinidad, no pertenezco a ninguna Iglesia. Por supuesto, soy muy providencialista… Vivo al día, si puedo; hago algunas promesas que luego, efectivamente, medio cumplo… CT me ha modificado extraordinariamente. Sigo siendo “malo” como lo era entonces, pero tengo que reconocer que de vez en cuando me siento, pienso… y pienso cosas muy agradables. Sé que estoy de paso, se que voy a reunirme con el psiquiatra –Fernando Jiménez del Oso– cuando toque; y con más gente, claro, y sé que esto no es la vida…

-Y precisamente, a estas alturas de tu vida, no por larga sino por vivida, ¿en qué crees?

-Una vez conocí a un testigo OVNI, y le hice la misma pregunta, después de haber visto la “nave”, y me dijo: “Mire usted, yo creo en la Virgen y en el bicarbonato”. Yo no creo en ninguna de las dos cosas; solo sé o tengo la seguridad de que estoy viviendo una experiencia y que voy a volver a la realidad cuando toque; cuando se me acabe el contrato. Y no creo en nada más; lo miro todo con escepticismo, con simpatía. Si puedo ayudar, ayudo; si puedo arrimar el hombro, lo hago, pero voy un poco de observador. Y necesito tiempo para mí.

-Has llegado a decir que Caballo de Troya es el mejor regalo que te han hecho. ¿De quién hablas?

-Lo he contado muchísimas veces, y la gente nunca me cree. He asegurado que cuando saqué El Enviado, que era un libro dedicado a la Sábana Santa de Turín, durante un programa que se emitía en México D. F. creo que le puse mucha vehemencia a mis respuestas; a Jesús, a la Sábana Santa, a los científicos … A partir de ahí recibí una llamada, me entrevisté con una persona, y me encontré con una información muy importante. Lo que pasa es que luego llegan los malnacidos de siempre, y te dicen: «No, eso es que lo ha plagiado usted no sé cuándo, de no sé qué…». Llegados a este punto me da igual lo que piense la gente: que si es una novela, que si es ficción … iMe da igual! Ahí está.

-Precisamente en alguna ocasión has comentado que a Caballo de Troya le quitarías el concepto novela. ¿Por qué?

-Es que no es una novela. Pero bueno, si la gente quiere pensar que es una novela, no importa: yo me quedo tan tranquilo. Mira Loren, cuando tengas 65 años, la vida, con la dinámica en la que estás metido se te presenta de una manera muy relajada y muy interesante. A la mayor parte de la gente de 60, 70 … los ves corriendo por la calle, y todavía no saben por qué están aquí.

-O sea, que no sabemos vivir…

-No tenemos ni idea. Pero fíjate, la vida está tan bien diseñada, que lo está precisamente para que tú pienses eso. Aunque la vida no es lo que creemos, no importa, porque como te digo está diseñada para que tú vivas lo que tienes que vivir. Y a veces alguien asoma la nariz, y cree que ve algo…

-Entonces lo importante sería poder comprar tiempo…

-No solamente comprar tiempo, sino ser consciente de que estás asomado al tiempo. Yo me inclino a pensar que hemos nacido para saber y saborear lo que es el tiempo, porque en el «no tiempo», donde probablemente hemos estado antes o volveremos, allí no hay tiempo como lo entendemos ahora, así que qué mejor experiencia que vivirlo. Pero vamos siempre tan rápido que no nos damos cuenta…

J. J. Benítez

-También he leído que el original del primer Caballo de Troya lo quemaste porque tenías frío…

-Sí, eso es verdad. Yo vivía entonces en Bilbao, sólo. Tenía una estufa, y no sé por qué, pero en esos momentos no tenía leña, y lo que pillé a mano fueron los folios del Caballo … No recuerdo exactamente en qué fecha fue, pero habría pasado poco, un año, desde que lo entregara, y lo fui quemando. Cada noche, me sentaba un rato en el salón, abría la estufa, y la encendía con el Caballo. Pasado el tiempo me di cuenta, y me dije a mí mismo: »Tú eres un burro». Así las cosas el primero de la saga no existe; vamos, no existe el manuscrito original.

-Y todas las páginas, hasta la última, con tu máquina de escribir…

-Sí, con la Olivetti. Hice una promesa solemnísima hace unos meses y estuve a punto de aprender a usar el ordenador, pero de repente surgió algo, me fui a una investigación y ahí ha quedado. Porque la dificultad de trabajar con las máquinas de escribir es que ya no encuentras piezas.

-Ni cintas, es muy complicado…

-Sí, Y además es que con las cintas te ahorcas, las teclas se caen, las tienes que poner con pegamento, y es una pelea… Cuando termino un libro la llevo a limpiar, allí ya me conocen y pese a todo me miran con cara de circunstancias. Imagino que para el año que viene aprenderé a manejar el ordenador. Otra cosa es que me ponga a escribir con él.

-14.000 fuentes secundarias, y una principal… ¿Alguna pista de esta última?

-La que me dieron en México. Yo he calculado 14.000 fuentes pero seguramente son más. Por ejemplo, en CT8 y en CT9 directamente no las contaba…

Si yo dijera cuál es la fuente capital se podría distraer la atención, y como a mí lo que me interesa es que la gente lea esto; el mensaje, lo que está aquí, la figura de Jesús… todo lo que pasó, o supuestamente pasó, podríamos tener ese riesgo. Entonces una de las cosas que he dicho es que quizás lo voy a dejar ante notario, escrito, para que cuando muera, si a alguien le interesa que lo saque. Pero esto no es imaginación, porque si fuera imaginación sería un serio aspirante al Premio Nobel, y no lo soy… ni lo quiero ser.

J. J. Benítez

-En los diferentes Caballos de Troya vas recorriendo los aspectos más importantes de la vida de Jesús. ¿Con cuál de estos episodios te quedarías?

-Quizás por afinidad con lo que se desarrolla en el último, porque es el que más fresco tengo. En CT9 se despliega muy bien la personalidad de este hombre en muchos aspectos, en diferentes situaciones… Decía antes que es admirable la capacidad que tiene de perdón y de no enfadarse; la capacidad de misericordia, de bondad, de generosidad… Es probablemente lo que a mí más me ha impactado de todo.

Hay un momento en el que a él la ruptura familiar le supone una circunstancia muy desagradable, y entonces derrama unas lágrimas. La soledad que tuvo también, porque nadie lo entendió, nadie le comprendió; los discípulos no, la madre no, los hermanos no … nadie. Sí hubo dos personas que no aparecen en los Evangelios que sí entendieron algo, pero no todo. Jesús se enfrentó a una soledad terrible y a todos: al poder, a los sacerdotes, a su familia … es que es una situación terrible.

-Si tuvieras que describir a Jesús, ¿cómo lo harías?

-Es un personaje que con solo mirarlo te cambia. Es lo que creo que tiene más valor de los libros: el contacto directo con ese personaje que no tiene nada que ver con las religiones y con el que tienes tanta empatía, porque en los CT lo sientes cercano, te angustias con su angustia … Es un personaje con un imán impresionante… y lo han contado tan mal; desde mi punto de vista, lo han hecho tan mal que cualquier cosa que se aporte que sea mínimamente nueva, atrae. Luego cada uno filtra, y juzga, y se queda con lo que se tiene que quedar. Mira, pienso que este es un libro tan mágico que sale al encuentro de la gente…

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-Has asegurado en alguna ocasión que Caballo de Troya se puede leer de dos formas; línea a línea o siguiendo una segunda lectura oculta. ¿Es cierto?

-Hay una lectura secreta, en los números, que revela cosas increíbles. Te voy a poner un ejemplo: en el capítulo de Caná, cuando está con todo el lío del vino, el agua, etc, en las cántaras de agua pasa algo; no saben qué es, pero vamos, lo describen minuciosamente. Se produce una secuencia numérica, y nadie sabe qué demonios es eso. Yo me quedé con la copla, y como ya había habido antecedentes con otros Caballos, intenté descifrarlo pero no me salía nada.Y ya aburrido se lo mandé a un maestro de cábala, sin decirle nada, cuando el libro aún no había salido. Le pregunté que si aquello tenía algún significado, y al cabo de dos o tres semanas me contestó y me dijo: «Son notas musicales». Yo no tengo ni idea de música, y como le pregunté que si estaba seguro, incluso me mandó las notas. Se lo di a tres músicos, de tres sitios distintos, sin ponerles en antecedentes, y me hicieron la orquestación, que es la que está ahora en la página mía de cabecera, donde también aparece la secuencia numérica como una forma de invitar a la gente a «jugar». Y se puede traducir como «un río de vida», o «el agua que habla». Es espectacular porque hay una lectura dentro. Así que siempre que veas un número en Caballo de Troya, atención; algo pasa, algo te están diciendo, y además de forma subterránea.

Yo me quedé sorprendido. Mira, lo último que me pasó… Acabé el libro el 12 de julio de este año, y el 4 de julio de ese mismo mes, tengo la costumbre de terminar de escribir e ir a darme un paseo, solo. Ese día venía de la playa, y cerca de mi casa hay una rampa de piedra, un callejón. Venía dándole vueltas a la cabeza cuando al doblar la esquina y empezar a subir la rampa vi venir a toda velocidad una serpiente, verde, de un metro treinta; quizás uno cincuenta… No me dio tiempo a nada; se me echó encima, se me enroscó en el tobillo derecho -venía en bañador-, e instintivamente levanté la pierna. Entonces se desenroscó y sin morderme se dirigió hacia la maleza. Fueron cinco segundos, tiempo suficiente para que llegara a casa de color verde. Luego empecé a darle vueltas porque mira que es difícil que en un lugar transitado, que sube y baja gente constantemente, que aparezca una serpiente, y que además no se vaya a la derecha o a la izquierda sino que se enrosque en el tobillo… No me cuadraba, y de repente se me iluminó algo. Yo, cuando termino de escribir, en un planning pongo en rojo el día, y los folios que he escrito, en el medio, hasta dónde he llegado. Y ese día había escrito hasta el 1.300. Me fui a un diccionario de cábala que tengo, donde viene la equivalencia de los números, y entonces leí: «Serpiente…». iEs imposible! Bueno, pues estas son las cosas mágicas que te suceden con los Caballos…

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-Has comentado en alguna ocasión que esta historia parte de un sueño; el de saber cómo un periodista habría contado la vida de Jesús de Nazaret. ¿Se ha cumplido ese sueño? ¿Son los Caballos de Troya esa obra que a ti te hubiera gustado leer?

-Sí, eso fue soñar despierto. Cuando yo investigué todos los descubrimientos de la Sábana Santa, había en Turín un equipo de científicos trabajando sobre la Síndone, y realizaron muchos hallazgos. Hay más de doscientas investigaciones que demuestran que el Lienzo es del siglo I y que la imagen que hay allí es una cosa desconocida; la ciencia lo sabe. Cuando empecé a trabajar en eso, por entonces en La Gaceta del Norte, soñé, y pensé que sería fantástico poder escribir la vida de este hombre, como la escribiría un periodista, paso a paso … Por eso hay que tener mucho cuidado con los sueños, porque se cumplen. Aquí, o allá…

A mi nieto, el Frasquito, le digo siempre que hay otro reino que es el de «Nunca Jamás», en alusión a Peter Pan, Y todos los sueños que no cumplas aquí, los va a poder cumplir allí…

-Decíamos antes que estamos ante el final de la saga. ¿Era este el momento propicio para que J,J. Benítez anunciara su retirada? ¿Te retiras de verdad?

-Te lo aseguro Loren, es una decisión tomada muy en serio. Otra cuestión es que me retire de verdad. Mi intención es hacerlo, pero de repente aparece un caso como el que te contaba de Chile -en la conversación que mantuvimos antes de la entrevista-, y me embarco en la historia.

Pero sí me gustaría, poco a poco, progresivamente ir dejándolo. ¿Por qué? Pues porque hombre, yo creo que hay gente joven, hay que darles paso, son cuarenta años ya… Lo voy a intentar. Otra cosa es que haya otras «órdenes».

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-Hace años, en una entrevista en ENIGMAS decías que «mi objetivo es seguir informando, seguir luchando, quizá más en silencio que antes; y lo haré hasta que la Providencia quiera. Esa es mi labor». Ya ves…

-Pues es más o menos lo que te acabo de decir. No sé si podré, pero lo que sí voy a hacer es sacar la información que tengo en casa, toda la que he acumulado, sobre todo del tema OVNI. Me gustaría sacarla, que es donde tiene que estar, a la luz pública… Han sido muchos años de esfuerzo, muchos kilómetros. La gente no sabe el esfuerzo que he podido realizar… Ha sido muy importante.

-¿Qué te sugiere el movimiento científico que está habiendo a nivel internacional, advirtiendo de los peligros de un contacto con otras civilizaciones extraterrestres? ¿Una forma de intentar prepararnos para algo quizás?

-No, yo no lo creo. Pienso que son unos eminente físicos, y unos perfectos analfabetos en el tema OVNI, como lo fue Carl Sagan. Hablan sin saber; tienen cuatro datos y tres libros, si los tienen… Tanto estos como la Oficina de Ciencia yTecnología de la Casa Blanca, y otras, están diciendo cosas sin ningún sentido; mienten… En el caso de Stephen Hawking no miente, es un analfabeto, sencillamente. No sabe lo que hay, no tiene ni idea. La Casa Blanca sí lo sabe, el Pentágono sí lo sabe, los militares lo saben perfectamente, desde hace mucho tiempo además… Y por la reacción de algunos sectores de la población pidiendo firmas para que se liberen ciertas informaciones, dicen las tonterías que dicen.
Yo no creo que se produzca ningún encuentro a medio o largo plazo con estas humanidades. ¿Por qué? Pues porque aparecen, fugazmente, en muchos sitios, pero no hay un contacto oficial porque probablemente está prohibido. Nosotros somos tan primitivos y estamos tan retrasados en casi todo que no sería posible establecer ese contacto público con estas humanidades no humanas, porque habría un desequilibrio galopante. Se produciría un caos, pero no por miedo, sino por desestabilización económica, religiosa, social, educativa… Es una situación de la que no somos conscientes, salvo una minoría. Y ellos sí, los seres estos sí lo saben, y probablemente está prohibidísimo. Por tanto, ¿contacto con esta gente? Muy difícil. Los veremos, nos verán, y vuelta a empezar…

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-Para ir terminando, y ya que la actualidad manda… 2012, ¿qué te sugiere?

-Yo no creo en «2012». Vosotros habéis escrito y sabéis más que yo de las supuestas profecías, que no son profecías mayas, sino ciclos, y hay que partir de la idea de que está mal. Siempre digo lo mismo: ¿estamos en 2011 para 2012?; pues no, alguien metió la pata hace mucho tiempo, y se llamaba Dionisio el Exiguo. En el cambio del calendario Juliano al Gregoriano, este señor dijo: «Año cero, año del nacimiento de Jesús». Pues no. Se sabe y está demostrado por mil exegetas que Herodes el Grande muere en el 4 a.C., el 13 de marzo. Si manda matar a los menores de dos años, Jesús tuvo que nacer en el menos 7 o en el menos 6. Por tanto, ahora estaríamos seis o siete años por delante de nuestra fecha actual. Es decir, el fin del mundo ya ha pasado, pero no nos hemos enterado…
Yo no creo que pase nada; más de lo que está pasando. A lo largo de la historia ha habido cataclismos, ruinas de las civilizaciones, desastres naturales… El mundo tiene su propio ciclo, y la humanidad necesita un millón de años. Lo que pasa es que hay mucha gente que se aprovecha de esta situación, y hacen cosas, libros… le meten miedo a otras personas…

-Dirás que no sabes nada, pero hay que ver cuánto se aprende contigo…

-¿A sí? Me alegro. Espero que os sirva de algo.

J. J. Benítez.

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