En la foto: J.J. Benítez no tiene claro qué hará luego de culminar la serie de «Caballo de Troya», cuyo noveno libro se anuncia para 2008 (Cheo Pacheco)
Fuente: Caracas – eluniversal.com Martes 21 de noviembre, 2006. Foto de Cheo Pacheco.
J.J. Benítez no tiene claro qué hará luego de culminar la serie de «Caballo de Troya», cuyo noveno libro se anuncia para 2008 (Cheo Pacheco)
ANA MARÍA HERNÁNDEZ G.
EL UNIVERSAL
Juan José Benítez, autor español de la conocida saga Caballo de Troya, presenta hoy en Caracas el octavo tomo de la serie, Jordán, donde el agua y el acto bautismal de Jesús de Nazaret junto a Yehohanan (Juan el Bautista) protagonizan la historia relatada por Jasón, el mayor de la fuerza aérea norteamericana que salta en el tiempo hasta los inicios de la era cristiana.
-¿Qué es lo más arduo de «Caballo de Troya»?
-Probablemente contrastar la documentación, el nivel técnico, el nivel científico, las notas a pie de página. Tengo que moverme muchísimo a ver si la información es correcta.
-¿Qué clase de información?
-De todo. En eso soy un enfermo, desde las especies botánicas, las leyes, las costumbres, temas sociales, detalles arquitectónicos, datos bíblicos; es que es un río de información. Hay más de 14 mil fuentes y eso es mucho trabajo, frena mucho la elaboración del libro.
-¿La serie está planificada desde el comienzo al final o la ha ido creando a medida que la escribe?
-Ya está todo. Lo que pasa es que técnicamente es muy difícil darla en un solo volumen. Yo calculo que el último «Caballo» es el nueve, que saldrá más o menos en 2008.
-Usted lleva unos cuantos años escribiendo la serie.
-El primero salió en el 84.
-A lo largo de ese tiempo ha habido avances técnicos y más precisiones históricas, ¿ha influido eso en sus libros?
-No hay ningún cambio en ese sentido. Fíjate que la información la tengo desde el principio, no la he modificado ni la voy a modificar porque creo que no debo hacerlo. Es sagrado, incluso los temas técnicos o muy científicos algunos están por descubrirse. Aquí en el libro hablo de un tema médico, los «nemos», unos robots orgánicos muy pequeños que son utilizados para exploración médica en el cuerpo, eso todavía no existe.
-Existen pero como ciencia ficción.
-No, no existen. No se han descubierto todavía, y aquí están.
-Usted ha escrito de otros temas, ¿qué está preparando?
-Un día hice una lista de posibles libros que yo tenía en preparación, o investigados, o que me gustaría escribir, y salían 140. Evidentemente a un libro por año, no voy a poder hacerlos. Tengo libros de investigación de misterios, hay dos; y de filosofía y ensayo otros dos.
-Discutir sobre religión es lo más difícil, ¿qué ha enfrentado al respecto?
-Yo no soy el hijo favorito de las religiones. De ninguna. Me critican, me han calumniado muchas veces, me han intentado desprestigiar; pero yo creo que esos son gajes del oficio, y no me preocupa excesivamente a estas alturas de la película. No soy religioso, no comulgo con ninguna religión. Es más, creo que hay que huir de ellas porque todas son interesadas y todas venden algo. Lo que tiene que hacer el ser humano es pensar por sí mismo y tener su propio criterio, no esclavizarse moralmente a ninguna idea, sino que las ideas son las suyas, sean o no sean correctas. Defiendo cada vez más que la gente no tenga miedo.
-Hay gente que toma sus libros como verdad única, más allá de la ficción.
-Siempre he dicho que los Caballos de Troya son una aproximación a la verdad, no es la verdad ni pretendo que lo sean. Nadie puede tener la verdad, y los que la tienen son gente peligrosa, como Bush.
-¿Cómo cree usted que sus libros han ayudado o consolado a las personas?
-Por lo que deduzco, por las cartas, los correos, conversaciones, el personaje de Jesús de Nazaret está mucho más cerca de la gente en estos libros que en las religiones: les toca el corazón, los anima, los hace reír, los llena plenamente o casi.