Ha sido una de las personas que más ha influido en mi, y lo que queda, supongo… Se trata de Blanca, mi mujer, mi compañera, mi cómplice. Todo, prácticamente, se lo debo a ella. Para empezar, nada de lo que hago sería posible sin su ayuda. Ella se ocupa del trabajo sucio. Ella organiza. Ella mide las posibilidades reales. Ella paga. Ella guarda silencio ante mis frecuentes impertinencias. Ella sonríe siempre, aunque yo no tenga razón. Ella perdona sin límites ni condiciones. Ella me anima, cuando todo parece naufragado. Ella es la primera en iniciar la aventura y la última en bajar del avión. Ella no firma libros, pero los sufre más que nadie. Ella vuela conmigo, pero sin dejar de tocar tierra, por si acaso. Ella conoce parte de la verdad de mi trabajo y sabe que me he quedado corto. Ella sí es la verdad. Ella me ayuda a cruzar la calle cada día. Ella me ama, todavía.
Ahora lo sé: detrás de todo gran hombre siempre hay una extraordinaria mujer…, estupefacta.
No te felicito. Me felicito.