A lo largo de mi vida profesional he sufrido frecuentes y ácidas críticas. Primero fue como consecuencia de la publicación de mis investigaciones sobre el fenómeno ovni; después, con «Caballo de Troya», las agresiones fueron más virulentas. Muchas de esas descalificaciones llegaron en forma de anónimos.
He guardado algunos…
Se trata, en definitiva, de otra muestra de la oscuridad mental en la que caen algunas personas.