El 7 de septiembre (2012) cumplí 66 años.
Hice balance de mi vida, aunque sólo por encima.
Al principio, cuando era niño, pensé que era un fracasado. No comprendía nada de nada.
He trabajado desde los 12 años. Mi primera ocupación fue en un taller de calderería. Allí supe de un artefacto que llaman máquina de escribir. La vida seguía pareciéndome dudosa.
Compaginé estudios y trabajo. Hice Periodismo y diseñé en una fábrica de cerámica. Seguía sin comprender. ¿Por qué el Destino me empujaba hacia el Periodismo si lo mío era pintar?
En 1966 inicié mi trabajo como periodista profesional. La vida, entonces, se me antojó confusa y complicada.
En 1975 publiqué mi primer libro. Empecé a tocar la gloria, pero aquello no era lo que buscaba.
He publicado más de 50 libros (más de 5 millones de ejemplares), pero la vida seguía coja.
No hace mucho, al fin, descubrí por qué estaba en este mundo, y la vida cobró sentido.
Resulta que estoy asomado al tiempo, probando, probando, probando…
He vivido una cadena de experiencias por el mero placer de experimentar. Ahora me entreno para morir y volver (por fin) a la realidad.
Ahora entiendo…