Terminé el presente cuadro –al que llamo “El piloto”– en 1994, cuando todavía vivía en Vizcaya (País Vasco) (España).
A Blanca no le gustaron los rojos y los azules y lo castigó, colocándolo contra la pared. Así permanecería 16 años.
A las mujeres no hay que comprenderlas. Hay que amarlas…
Mi hija Lara, junto al cuadro, en Sopelana (Vizcaya). España.
“El piloto”, en la actualidad. (Foto: Blanca.)