● No recéis por mi. Cuando muera, por favor, reíd por mí. Reíd porque, al fin, seré libre.
● Llegué en silencio, y así quiero partir, de la mano del silencio.
● No quiero lágrimas cuando muera. Morir no es tan terrible. La tristeza es para el que no sabe.
● No me digáis adiós. Eso sí es morir. Prefiero “hasta luego”.
● Si descubres que vas a morir, continúa con lo que llevas entre manos.
● Morir es tan íntimo como pensar.
● Traumatiza más la muerte colectiva que la propia muerte.
A la izquierda: Indonesia (Foto: Iván Benítez). A la derecha: Nairobi.
● El amor no se extingue con la muerte.
● Cuando llegue la muerte sólo te autorizarán una maleta: la de los recuerdos.
● Es preciso: morir es personal.
● La muerte es una puerta por la que sólo cabemos de uno en uno.
● Vivir requiere voluntad; saber morir, sabiduría.
● Morir es cuestión de tiempo. Saber vivir es lo contrario.
● Nadie pedirá cuentas tras la muerte. No vivimos para eso.
● La muerte es trágica para los que se quedan.
● Ahora que empezaba a entender, tengo que despedirme.
Libia (Foto: Iván Benítez).
● Ni siquiera los muertos tienen todas las respuestas. Sería terrible.
● Con los vivos se habla de vez en cuando; con los muertos, constantemente.
● Para algunos, Australia está más lejos que la muerte.
● ¿Hay algo peor que no temer a la muerte?: desearla.
● Aprender a morir es muy saludable.
● Mis amigos no mueren; se diluyen sus defectos.
● La muerte es un simple problema de distancia.
● Aprende a tocar ahora, antes de la muerte.