En la imagen destacada: J.J. Benítez con el enterrador que sepultó a José Antonio en el cementerio alicantino de Nuestra Señora del Remedio. (Foto: Hermanos García.)
Me lo contó el investigador Andrés Gómez Serrano en una de mis visitas a Algeciras.
Un hermano de Andrés fue militar.
Pues bien, en 1936 recibió orden de «salir al encuentro» de un huido: José Antonio Primo de Rivera. El fundador de la Falange escapaba en esos momentos hacia Alicante.
La orden de arresto de José Antonio procedía de lo más alto. Había sido cursada, en secreto, por Franco. Primo de Rivera, sencillamente, le hacía sombra.
El hermano de Andrés lo condujo hasta la cárcel.
Allí fue «juzgado» (?) y ejecutado.
Gómez Serrano. (Foto: Rafael J. Flores.)