Cueva del Tesoro, cerca de Málaga (España). (Gentileza de Manuel Laza).
Resulta tan asombroso como oxigenante…
Un día, envuelto en nuevas investigaciones ovni, fui a dar con Manuel Laza Palacio, el último romántico. Y me condujo a la Cueva del Tesoro, en el Rincón de la Victoria, muy cerca de Málaga (España).
Según Laza, en dicha cueva se encuentra sepultado el gran tesoro de los cinco reyes de Orán.
Quedé maravillado.
Manuel Laza. (Foto: J.J. Benítez.)
Cuentan las crónicas medievales que por el año 1.145, el rey Tesufín reunió todo su tesoro -procedente, al parecer, de cinco reyes mahometanos- y lo escondió en un castillo que mandó construir junto a la ciudad de Orán. Pero, tras su derrota frente a los almohades, Tesufín intentó escapar a España. Para ello mandó preparar diez grandes galeras. En estos barcos introdujo el tesoro y se dispuso a partir hacia el puerto de Biziliana (hoy Rincón de la Victoria), la única plaza que seguía fiel al virrey Aban Gania, hermanastro de Tesufín.
Pero Tesufín Ben Alí fue sorprendido por un nuevo ataque almohade y murió despeñado. Las galeras partieron hacia España, refugiándose en los dominios del feroz Aben Gania, que incrementó el tesoro de los cinco reyes con el no menos legendario botín del monarca aragonés Alfonso el Batallador, derrotado por el virrey almorávide en la trágica jornada de Fraga.
De esta forma, el más codiciado tesoro árabe que jamás se haya conocido fue escondido -según la leyenda- en la cueva existente en las proximidades del castillo de Aban Gania.
Entrada a la Cueva del Tesoro. (Foto: J.J. Benítez.)
Pues bien, siguiendo las pistas de dicha leyenda, Manuel Laza consagró su vida a la búsqueda del referido y gigantesco tesoro, consistente en miles de piezas de oro y plata.
Cuando lo entrevisté llevaba 30 años de búsqueda.
En compañía de Teodoro Galache, yerno del «buscador» del tesoro y del geólogo José Luís Ramos Jacome tuve la oportunidad de bajar hasta lo más profundo de la cueva. Y a 80 metros tuve la ocasión de comprobar el importante esfuerzo desplegado por Laza y sus amigos. Con una tenacidad admirable, el malagueño fue extrayendo toneladas de tierra y escombros, arrojados, sin duda, por los almorávides una vez escondido el tesoro.
Teodoro Galache. (Foto: J.J. Benítez.)
José Luís Ramos, entrevistado por J.J. Benítez.
Con gran sorpresa, Laza fue comprobando cómo la leyenda se cumplía, paso a paso. El explorador terminó por encontrar las «tres puertas tapiadas», así como la sima que se pierde en las profundidades de la caverna (todo ello mencionado en la leyenda).
Laza halló también un viejo candil con seis monedas de oro en su interior. Todo ello de origen árabe.
Pero no logró encontrar el tesoro.
«Tampoco importa mucho -sentenció-. Lo importante es cómo nos hemos divertido…».
Plano de la Cueva del Tesoro. (Gentileza de Manuel Laza.)