No me siento feliz al contemplar esta imagen. La vida te recuerda qué es en cada cicatriz…
Fui embestido por la vida en 2002.
Cada vez que me miro en el espejo, la gran cicatriz que cruza mi pecho me recuerda que todo empieza y todo termina a cada instante.
Estamos de paso…, incluso en el “ahora”.
P.D.- No fue el tabaco lo que provocó la gran cornada. Fue algo peor…
(Foto: Luís de las Alas.)