En la imagen destacada: Reproducción del Santísima Trinidad, existente en el puerto de Málaga. (Foto: R.M. Paraíso.)
En 1805, en la célebre batalla de Trafalgar, el más grande y poderoso buque de guerra de aquel tiempo, “El Escorial de los mares”, el llamado “Santísima Trinidad”, fue capturado por los ingleses, con más de doscientos muertos. Cuando era remolcado, se hundió. Pues bien, casi doscientos años más tarde, el “Santísima Trinidad” sufrió un segundo y más trágico final, si cabe. La Armada Española dinamitó la parte del casco y de los palos que todavía sobresalían en el fondo arenoso donde se hallaba. Fue una operación secreta, llevada a cabo por buceadores de combate de la referida Marina Española. Al parecer, los restos del “Trinidad” entorpecían el desembarco de los lanchones utilizados en las maniobras.
ALGUNOS DATOS SOBRE EL “TRINIDAD”
– Disponía de cuatro puentes
– La artillería constaba de 140 cañones
– Fue botado en octubre de 1769 en los astilleros de La Habana (Cuba)
– Fue construído con maderas preciosas: caoba, júcaro y caguairán
– Eslora: 61,40 metros
– Quilla: 52,7 metros
– Manga: 16,59 metros
– Puntal: 8,31 metros
– Arqueo: 4.902 toneladas
– Lastre: 71,12 toneladas
– Tripulación y guarnición: 1071 plazas y 25 criados
– Capitán de bandera: Francisco Javier de Uriarte y Borja
P.D.- El relato de la voladura de los restos del “Santísima Trinidad” me fue hecho por uno de los buceadores que participó en la operación.
Los restos del “Trinidad” entorpecían el desembarco de los lanchones.