(Foto: Iván Benítez)
Henri Lhote lo llamó “el gran dios marciano”, y no le faltaba razón, aunque Lothe no creía en los ovnis. Se halla también en la “capilla Sixtina del paleolítico”, en el Tassili N´Ajjer, en el desierto de Argelia. Es un gigante de seis metros, con escafandra, un solo ojo, y un traje hinchado, como los de los astronautas. Oficialmente imposible.
PD.- Alguien debería escribir de nuevo la historia…
(Fotos: Iván Benítez.)