En la imagen destacada: Pío XII.
Archivo Secreto Vaticano. Información proporcionada desde el “interior”. La encíclica “Humani generis”, del papa Pío XII, promulgada en agosto de 1950, que contempla las desviaciones de la investigación teológica y exegética, fue censurada por la Doctrina de la Fe (Antiguo Santo Oficio). Los párrafos censurados decían:
“…Tras la muerte, son los ángeles quienes se ocupan del transporte de las almas. Con ocasión de grandes catástrofes, esos ángeles pueden ser vistos en los cielos, manifestándose en forma de luces y en grandes concentraciones. Han sido observados antes de los terremotos y de las guerras…. Dios utiliza dos ángeles por alma…”
Otro de los párrafos que nunca vio la luz dice textualmente:
“…Al llegar al más allá –cuyo primer mundo se encuentra en una de las lunas de Júpiter–, los bienaventurados experimentan temperaturas que superan los 232 grados Celsius, tal y como dice Isaías 30, 26 (“la luz del sol será siete veces mayor que la de la Tierra; será como la luz de siete días”)… En el infierno, la temperatura alcanzará los 444 grados Celsius, tal y como cita el libro del Apocalipsis (21, 8)…”
P.D.- Si Pío XII tenía razón, en el último terremoto de China, en el que murieron 80.000 personas, se hubieran necesitado del orden de 160.000 ángeles para recoger las almas.
Fotos: Getty Images / Agencias.