Se han cumplido más de cincuenta años de la creación de la banda terrorista y asesina ETA. Fue un grupo de estudiantes (es decir, de burgueses), el llamado grupo “EKIN” (acometer), quien se separó en 1958 del Partido Nacionalista Vasco (partido de derechas) y fundó ETA (Euskadi y libertad). Poco faltó para que en diciembre de ese año, el verdadero nombre de ETA fuera otro: ATA (Aberria ta Askatasuna) (patria y libertad), pero fue rechazado porque en euskera (idioma vasco), ata significa pato. Y el 31 de julio de 1959, día de San Ignacio de Loyola y fecha elegida por Sabino Arana para fundar el PNV en 1895, se celebró la primera asamblea (reunión constitutiva) de ETA. En esos cincuenta años, ETA ha asesinado a 856 personas (de momento) y ha ocasionado miles de heridos. Entre sus filas se cuentan 200 bajas y cientos de etarras prisioneros. El dolor provocado por estos cromañones de las ideas no es evaluable.
¿Los mató ETA?
Lo que ETA no sabe (¿o quizá sí?) es que, desde los primeros momentos, su organización fue infiltrada por dos servicios de Inteligencia: la CIA norteamericana y el MI6 británico. La policía española llegó después. En estos momentos, el número de “topos” infiltrados en sus filas es uno de cada doce miembros. Y todo el mundo se pregunta: si esto es así, si los “topos” se han infiltrado hasta la cocina de ETA, ¿por qué el Estado no termina con ella? Existe una explicación básica difícil de solventar: NO TODOS LOS MUERTOS ATRIBUIDOS A ETA FUERON ASESINADOS POR ETA. En otras palabras: ETA ha cargado con la responsabilidad de asesinatos que fueron obra de los servicios de Inteligencia (civiles o militares). En el más que supuesto de que algún día se llegue a la paz definitiva, ¿quién se atreverá a despejar la cuestión? ¿Quién aclarará la paternidad de asesinatos como los de José María Portell, Pertur, Ernest Lluch o el general Quintana Lacaci, entre otros?
Quizá tengan que pasar otros cincuenta años, y las actuales generaciones, para que los cromañones de los servicios de Inteligencia decidan sacar la verdad sobre el terrorismo etarra.
Teniente general Andrés Cassinello. (Foto: EFE.)
P.D.- El 18 de mayo de 2008, el teniente general Andrés Cassinello, ex-director de los Servicios Secretos Españoles y jefe del Servicio de Información de la Guardia Civil en la época del presidente Adolfo Suárez, afirmó públicamente: “Algunas cosas es mejor que no se sepan nunca”.