En la imagen destacada: “Coronel B”, mi confidente.
Declaraciones del “coronel B”:
Después de la Segunda Guerra Mundial, los militares norteamericanos iniciaron un costoso proyecto de “visión remota” (experiencias de telepatía, visión a través de los metales, viajes mentales, etc.)
USA tenía noticias de que la URSS (actual Rusia) estaba empleando más de 60 millones de rublos al año en la investigación “psicotrónica”. Eso significaba que una serie de videntes podía localizar y describir submarinos sumergidos, instalaciones militares ultrasecretas e, incluso, leer documentos a distancia.
Muchos de los videntes utilizados por los militares norteamericanos eran niños con capacidades paranormales.
Uno de estos niños demostró su poder frente al presidente Kennedy. Los hechos sucedieron así:
1961
Necesitados de fondos para proseguir sus experimentos, los militares USA acudieron a la Casa Blanca, en Washington, para llevar a cabo una demostración. El protagonista, en este caso, fue una niña.
Jacqueline y John F. Kennedy. (Foto: Vanity Fair.)
John F. Kennedy solicitó una prueba y la niña habló de lo sucedido esa misma mañana, entre el presidente y su esposa, Jacqueline. Ella pretendía cambiar la tela del vestidor. Él se opuso, y discutieron. Kennedy la acusó de derrochadora. Jacqueline le recordó que era una Bouvier y que prefería gastar el dinero en su propio placer.
Kennedy quedó impresionado ante la videncia de la niña y los militares consiguieron los fondos.
P.D.- Años después (1970), la CIA copió a los militares e inició un proyecto de “visión remota” que llamó “Puerta a las estrellas”. Durante 20 años, la CIA gastó 20 millones de dólares, trabajando en experiencias de todo tipo con un total de 23 videntes en plantilla.
P.D. (2).- La “visión remota” permite visitar Marte cinco veces al día y leer los pensamientos, entre otros objetivos.