Terminaré negándome a escribir la presente sección. Cada “homenaje” significa morir un poco. Eso es una despedida.
Esta vez nos ha dicho adiós un “kui”: el doctor Enrique Vila, a quien yo bauticé como “Campanilla”. Enrique fue un sabio. Lo sabía casi todo sobre Parapsicología. Enrique fue un hombre bueno para el que no había imposibles ni demoras. Enrique fue la inocencia químicamente pura: nunca sabía si iba o si venía. Enrique amó a los más débiles, hasta el punto de mandar hacer una tarjeta de visita para su perro Seti. Enrique murió sin haber terminado de leer “Vivir con los ángeles”. Muy propio de un “kui”…
“Campanilla” y su inseparable cigarro puro.
Enrique Vila. En la foto de la derecha, con Blanca.
Entrada a la casa de “Campanilla”.
Enrique Vila, Ángeles, su mujer, y “Seti”, el pastor alemán.
Tarjeta de visita del perro de “Campanilla”.