Errores del budismo (desde mi humilde punto de vista):
1.- La existencia –dijo Sidhartha (Buda)– es sufrimiento.
La existencia es imperfección, que es muy distinto.
2.- El sufrimiento está ocasionado por el deseo.
Falso. El sufrimiento forma parte de las reglas del juego en la vida.
3.- El sufrimiento –continuó Buda– puede superarse al vencer el deseo.
Nuevo error de Sidhartha. El sufrimiento desaparece cuando se agota, y vuelta a empezar. Es la ley.
4.- La victoria –dice Buda– se consigue siguiendo el camino de las ocho etapas.
No existe victoria ni derrota en la vida. Venimos a algo mucho más importante: experimentar.
5.- Lo primero que aprendió Buda fue a acallar la mente.
La mente es una criatura humana que ayuda a enriquecer el alma. ¿Por qué acallarla? Buda se contradice. Buda recomendaba la meditación: el momento álgido, en el que la mente se pone en pie. No se puede acallar la mente y meditar al mismo tiempo.
6.- Renunciar a las comodidades –dice Buda– pone fin al sufrimiento.
Error. El sufrimiento forma parte de la vida. Es inherente a ella (al menos en un mundo experimental como la Tierra).
7.- Somos lo que pensamos, asegura el budismo.
La única verdad es que somos inmortales, pensemos lo que pensemos y hagamos lo que hagamos.
8.- El budismo no tiene un ser supremo. Y aconseja cuestionar a la autoridad.
Yo sé de un Hombre-Dios que me abrió los ojos: Jesús de Nazaret.
9.- Nosotros –dice el budismo– tenemos la clave de la felicidad.
La felicidad es un mito, perseguido por todos. La felicidad no existe en la Tierra. Imperfección y felicidad son incompatibles. La felicidad llega después de la muerte, quizá…
10.- Todos somos prisioneros de nuestra mente.
La mente cumple con su papel. Somos prisioneros de la ignorancia. No sabemos por qué estamos aquí, ni de dónde venimos. Todo fue borrado al nacer, como señala la ley. Al morir regresaremos a la realidad, y recordaremos.
11.- En el budismo no hay nacimiento ni muerte. Sólo transiciones.
La realidad es que nacemos una vez y morimos una sola vez. Después continuamos la aventura, sin necesidad de nacer o de morir.
12.- Con nuestros pensamientos hacemos el mundo, dicen los budistas.
Nuevo error. El mundo no depende del ser humano. Tiene su propio ciclo. Ni un solo pensamiento cambia el verde de una hoja.
13.- El budismo no cree en la inmortalidad de la personalidad. (No hay “Yo”).
De ser así, nada tendría sentido, y mucho menos la búsqueda de la iluminación. Al otro lado sólo permanece el “Yo”.
14.- Los hombres –dice el budismo– y todos los seres vivos después de la muerte renacen en otro cuerpo para una existencia feliz o desgraciada según los actos llevados a cabo en las existencias precedentes. Quien ha hecho el bien renace entre los dioses o los hombres; quien ha hecho el mal renace animal o demonio. La rueda de la transmigración (reencarnación) gira indefinidamente sin que nadie pueda jamás escapar a las consecuencias de sus actos.
Es lógico que así piensen puesto que no creen en un Dios único e imaginativo. Cuando pasen al otro lado comprenderán. La inmortalidad no depende de los buenos o malos actos.