La imagen destacada hace referencia a: AHU de ANAKENA, donde fue escondido el mensaje.
Era mi primer viaje a la Isla de Pascua.
Estaba deseando llegar. Por Juanjo sabía que en la Isla existen muchos misterios, pero yo, además, debía descubrir uno muy especial.
En el año 1990, cuando Juanjo y Fernando Jiménez del Oso estuvieron rodando la serie “En busca del Misterio “, mi marido me dejó un mensaje escondido en la Isla.
Lo único que sabía es que se hallaba dentro de un envase de plástico, en los que se guardan las películas de las cámaras fotográficas, y que era de color negro.
Esto añadía más intriga a la visita. Ni él mismo estaba seguro de encontrarlo, ya que habían pasado unos cuantos años y cualquier turista o lugareño lo hubiera podido encontrar.
Yo creo que no estaba seguro ni del lugar exacto en el que lo había guardado.
Juanjo disponía de un pequeño plano, pero no me permitió consultarlo.
Así empecé a descubrir Pascua, rodeada de enigmas.
Por las noches preparábamos la ruta del siguiente día y yo recibía alguna pequeña pista sobre el mensaje.
Lo que sobraban eran piedras y agujeros para esconder una cosa tan pequeña y al tercer día, creo que ya había mirado cientos de posibles escondites.
El tiempo pasaba y me veía de vuelta a casa sin mi “tesoro”.
Le di pena. Después de mucho rogar y suplicar, creo que por aburrimiento, porque desde la mañana hasta la noche sólo pedía pistas, por fin se dignó decirme que estaba escondido en un AHU. Los AHU son altares de piedra sobre los que colocaban las famosas estatuas.
Se notaba que disfrutaba como un niño.
Ya habíamos visitado los lugares más importantes, pero no se porqué decidí que teníamos que regresar a ANAKENA. Presentía que el mensaje podía estar ahí. El AHU era impresionante. Era un lugar especial.
Su playa, de finísima arena y los MOAIS, con sus TOCADOS, sí, ese era el lugar.
Era perfecto, yo por menos, lo hubiera escondido allí.
Por cierto, se me olvidaba contaros: teníamos un guía que se llamaba Dani y aunque no es rapa nui conocía la Isla como la palma de su mano.
Y empezó el juego.
Al frente, frío-frío, en los laterales, frío-frío. Sólo quedaba la parte posterior, sí, caliente-caliente… El guía creo que pensaba que estábamos locos. Al fin me acerco a la parte derecha del AHU. Te quemas, te quemas y, seguro que no se equivocaba, me quemaban las ganas de encontrarlo.
Secuencia de la recuperación de mensaje. (Fotos: J.J. Benítez)
Primero recorrí con la mirada las hileras de piedras, y con mucho cuidado para no molestar a los posibles moradores, comencé a hurgar entre los pequeños agujeros.
Ya estaba atardeciendo cuando por fin lo toqué.
Blanca feliz después de haber encontrado el mensaje
Con mucho cuidado lo saqué, abrí su tapa. Estaba lleno de arena. Lo vacié encima de una piedra, y allí apareció un trocito de papel, muy dobladito y húmedo.
Lo desdoblé con mucho cuidado, aunque algún trocito se quedo entre mis dedos, se leía perfectamente:
Texto del mensaje escondido.
Juanjo si sabe ponerle misterio a la vida…