Fuente: Diario de León. Domingo, 26 de Noviembre de 2006.
El escritor navarro Juan José Benítez, que visitó Colombia para presentar su libro número 49, Jordán , que es el octavo de la serie Caballo de Troya , declaró ayer que le pueden acusar «de todo, menos de satánico». «A veces hay críticas hasta en los púlpitos, y consideran que mis libros son diabólicos, satánicos», pero «eso es ridículo, pues cuando hablo de Jesús de Nazaret, lo hago con gran respeto y considero que es un hombre-Dios», dice.
El también periodista, ufólogo e investigador, con decenas de demandas y acusaciones de plagio en su haber, se queja de que ha habido mucha gente que le ha «insultado» y «difamado». «Esa misma gente considera que lo que expongo en un libro no está de acuerdo con su doctrina, con su dogma, con su manera de pensar», subrayó.
Benítez dijo estar «convencido» de que hay «otras, bastantes, civilizaciones» y después de «más de 34 años de investigaciones», con pruebas y documentaciones, relató que él mismo ha avistado ovnis en cuatro ocasiones, la primera en el desierto peruano de Chilca, sur de Lima, en septiembre de 1974. Es que «mucha gente los ha avistado, han tenido experiencias con ovnis», agregó el autor, quien dijo que tiene «testimonios», incluso, de «guerrilleros colombianos». «En Colombia hay muchos casos de encuentros con tripulantes de ovnis, casos protagonizados por la Fuerza Aérea, por el Ejército y hasta por la guerrilla», dijo.
La actitud de los militares
Precisó que miembros de la guerrilla «han tenido encuentros, y, además, muy importantes con ovnis», pero «fue hace más de diez años» y hasta ahora él no lo había mencionado nunca. Aunque se abstuvo de precisar de qué «importante» organización guerrillera se trataba.
Para Benítez, «a los militares no les gusta que se escarben esas cosas. Creen que son de su exclusiva competencia y creo que no debe ser así. A ellos les pagan. Determinados servicios, sobre todo de inteligencia militar, saben mucho y lo ocultan». La razón, señaló, «porque hay una especie de pacto de silencio entre ellos, porque reconocer que existen unas civilizaciones técnicamente superiores, significa reconocer que su sistema de armamento no sirve para nada».