Me ha llevado de la mano por África. Es decir, me ha guiado por la belleza, por la magia y por lo imposible. Le debo mucho….
Javier Lago es un aventurero de sí mismo.
Un día fundó “Cultura Africana”, una agencia de viajes (se la recomiendo) especializada en el continente negro y, sobre todo, en sueños.
Con él conocí el Tassili N´Ajer, en Argelia.
Él me abrió el santuario de los “cabezas redondas”.
Él me enseñó a distinguir los desiertos, y los amé a todos.
Él me enseñó a caminar descalzo –y a levitar– sobre las dunas templadas.
Javier Lago fue testigo, conmigo, de dos avistamientos ovni.
Me demostró que todos somos superiores a todos.
Me enseñó a vivir el “ahora”, como si fuera el último.
Me enseñó, sobre todo, a emprender el diario viaje interior. Él, ahí, no podía acompañarme.
Javier Lago sembró mi corazón de recuerdos; ahora han crecido…
Javier Lago y Juanjo Benítez, en el Tassili N´Ajer. Al fondo, Iván Benítez.
Javier Lago e Iván Benítez, en las dunas de Argelia. (Foto: J.J. Benítez.)