Juan Manuel Igartua fue ingeniero, jesuita y hombre de mente abierta, como pocos. Lo conocí en la universidad de Deusto (Bilbao. España) por aparente casualidad. Después comprendí que todo, en la vida, está trazado y bien trazado. Nada es azar.
Igartua me puso en antecedentes de varios hechos relacionados con la pequeña-gran historia de Jesús de Nazaret. A saber:
1.- El Jefe no nació en el año cero, como se cree. Nació mucho antes: en el “menos siete”.
2.- El Jefe no nació en diciembre, como celebra la tradición cristiana. Probablemente nació en verano. Yo, después, averigüé que el nacimiento pudo ser el 21 de agosto del referido año “menos siete”.
Igartua era un sabio que creía y practicaba el “principio Omega”…
El padre Igartua, con la universidad de Deusto al fondo (Foto: J.J. Benítez.)
En su libro “Los evangelios ante la historia”, Juan Manuel Igartua demuestra cómo Jesús no pudo nacer en el año cero (inexistente). (Foto: Gras.)
“Jesús no nació el 24 de diciembre. Eso fue un “invento” del siglo IV”. (Foto: Gras.)