Invito a cuantos tengan la fortuna de visitar las pirámides de Egipto a que dediquen unos minutos a la observación de la esfinge. En su zona frontal, y también en las paredes del foso que la rodea, podrán percibir una nítida erosión de dos metros de profundidad, provocada por las lluvias. Unas lluvias torrenciales que cayeron sobre el lugar ¡hace 10.000 años!. La esfinge, por tanto, es mucho más antigua de lo que afirma la arqueología.
(Fotos: Iván Benítez.)