La montaña del Diablo, en las proximidades de Ghat, en Libia, ha sido uno de mis grandes fracasos. No conseguí, bajo ningún concepto, que los tuaregs aceptaran subir a dicha montaña y acampar una noche en su cima. No lo harían ni por todo el oro del mundo. Algún día subiré, aunque sea en solitario.
La montaña del Diablo, al fondo. (Foto: Iván Benítez.)
(Foto: Iván Benítez.)