En la imagen destacada: Gabriel del Barrio (Gentileza de la familia).
Nunca lo dije.
Ahora, ya fallecido, puedo aclarar que Gabriel del Barrio (a quien dediqué el primer «Caballo de Troya») fue uno de los traductores de los manuscritos del mayor norteamericano.
Supo guardar el secreto… Ni su familia lo supo.