En la imagen destacada: La única vez que Fernando Jiménez del Oso se enfadó conmigo fue en sueños.
Me impresionó mucho…
Al poco de fallecer el entrañable Fernando Jiménez del Oso tuve un sueño.
Nos hallábamos en una carretera perdida. No supe identificarla. Fernando estaba a mi lado, y me reñía. Yo sabía que estaba muerto.
Le escuché, perplejo.
El psiquiatra no era hombre que se enfadara con facilidad.
Pues bien, Fernando me reprochaba que hubiera dejado a un lado el asunto de las piedras grabadas de Ica. “No debes abandonar ese tema…”
Y desapareció.
Por supuesto, no lo abandonaré.